Con la cercanía de las celebraciones de muertos y con el nivel de los convidados a la inauguración del Corredor de Ofrendas Metropolitano, la fuerza de convocatoria del alcalde capitalino exorcizó simbólicamente la sede del ayuntamiento y trajo vientos de tiempo nuevo.
La rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), María Lilia Cedillo Ramírez; los secretarios estatales Martha Ornelas y Sergio Vergara, de Turismo y Cultura, respectivamente, además de los alcaldes de San Andrés y San Pedro Cholula, de Cuautlancingo y la representación de Huejotzingo, pusieron el nivel de relevancia.
Se acabaron así, de tajo, los humores desagradables del sectarismo del pasado. Se respiró, por fin, un metafórico incienso en el ambiente.
El mensaje de Eduardo Rivera Pérez fue también para los poblanos, de que se gobernará para todos y con todos, los que también quieran sumar, como aliados.
Señaladamente, la rectora de la BUAP es apenas el segundo acto oficial de un gobierno al que asiste. El anterior fue el arranque formal de la Temporada del Mole de Caderas, en Tehuacán, invitada por el gobernador Miguel Barbosa Huerta, acto al que también acudió el presidente municipal Eduardo Rivera.
El concilio de autoridades y personajes en torno a Eduardo Rivera Pérez, este domingo, mostró también el tejido fino que el panista ha desarrollado con los años y con los aprendizajes.
Ese tejido fino que, junto con el liderazgo que mostró, le será de mucha utilidad a la hora de desarrollar la coordinación metropolitana en materia de seguridad, entre los municipios con el gobierno del estado, que le ha encargado su ex compañero de la LVIII Legislatura (2000-2003) de la Cámara de Diputados, el hoy gobernador Barbosa.
La tarea es muy difícil, pero es una buena noticia que, en torno a Eduardo Rivera Pérez, por encima de colores y responsabilidades distintas, haya esta fuerza de convocatoria, además de las puertas abiertas del hoy exorcizado Palacio Municipal.
El berrinche en el arroz
Un solo detalle, casi como anécdota, llamó la atención: la alcaldesa de San Pedro Cholula, Paola Angon (en sus redes escribe su apellido sin tilde, daremos por hecho que es así) pareciera que, este mismo domingo, buscó hacerle el vacío al alcalde de Puebla capital.
Ella de repente se fue, así, sin explicaciones y sin despedidas, antes de cortar el listón de la ofrenda de su municipio, San Pedro Cholula, en la gira de inauguraciones que siguieron al acto en la capital.
Hay que decir que el desdén de la panista no fue hacia Eduardo, ni hacia todos los otros alcaldes y autoridades que convocó, sino a sus propios gobernados.
Hay una explicación, según las referencias: Paola tuvo un comportamiento partidista y expresó con ese desdén, visto por algunos testigos como berrinche, un diferendo interno en el Partido Acción Nacional (PAN).
Otro error, pues estaba ahí como autoridad de la zona metropolitana y no como parte del equipo de apoyo de la presidenta con licencia del Comité Directivo Estatal (CDE) panista, Genoveva Huerta Villegas.
Podría suponerse que la alcaldesa Paola intentó “hacer el hueco” con su ausencia, pero la verdad es que ni se notó y la inauguración de los distintos puntos del corredor fueron, uno por uno, todo un éxito.
La forma es fondo en la política. Los profesionales se ven desde la distancia y se hacen notar por su capacidad de convocatoria y la facilidad para conseguir el arropo de propios y extraños.
A los otros también se les ve de lejos la falta de oficio.