De ahí que resulte tan inconsistente la queja del Partido Acción Nacional (PAN) de reclamar espacios, hasta en porcentaje, como si fueran cuotas sindicales, cuando fue una gran alianza de partidos la que llevó a Eduardo de regreso al Palacio del Ayuntamiento.
La verdadera pluralidad de la administración que tendrá el panista de cepa no es solamente visible en los primeros cargos de su gabinete, cuya mayoría de integrantes presentó este miércoles, sino que está también en los cimientos.
Los cargos de segunda y tercera responsabilidad tendrán a personajes que vienen de todos los cinco partidos que acompañaron, en candidatura común, la victoria de Rivera Pérez, sobre la tan repudiada Claudia Rivera Vivanco.
Ahí habrá, en todas las áreas, personajes del PRI, igual que de Compromiso por Puebla, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) -al borde de la extinción-, el PAN, por supuesto, y hasta del PSI.
La formación parlamentaria de Eduardo, quien ha sido diputado federal primero y local después, y su trayectoria con contacto permanente con las esferas y los liderazgos nacionales, le ha permitido una cosmovisión de su actividad mucho más allá de la que se obtiene en la aldea.
Aquel dicho de “hay vida más allá de los volcanes”, que pocos políticos poblanos entienden, lo ha experimentado él personalmente. Por eso no le asusta la pluralidad ni se queda instalado en el rencor por disensos añejos.
Por ejemplo, en su gobierno estarán Jacobo Ordaz y Fernando Sarur, el primero como funcionario y el segundo como regidor, plenamente incorporados y participando en el gobierno riverista, a pesar de que firmaron en el pasado un desplegado contra la candidatura del hoy presidente municipal electo.
Sabe Eduardo Rivera que en política las cosas no se deben tomar personales y que las circunstancias y los tiempos son dinámicos.
Hay otros ejemplos de que el alcalde, que tendrá el enorme reto de hacer que reviva Puebla capital, está integrando a personajes se pensaría que tenían cerradas las puertas de su simpatía y hasta de su corazón.
Sin embargo, ahora trabajarán con él, lo que lo muestra como un político sin fobias y rencillas.
Sólo para repasar: ¿recuerda usted que las ex diputadas locales, Susana del Carmen Riestra Piña, entonces del Panal y morenovallista hasta la ignominia, y la priísta Silvia Guillermina Tanús Osorio, votaron a favor de la inhabilitación de Eduardo Rivera, en la parte más complicada de la persecución política que enfrentó el panista por parte del finado Rafael Moreno Valle Rosas?
La primera es regidora y estuvo en su planilla, y la segunda, eso sí, una mujer y una profesional de enormes capacidades e histórica trayectoria, será la secretaria general.
Eso sí es inclusión, además de colmillo y capacidad, insisto, adquiridos en la actividad parlamentaria, para hallar las coincidencias, por encima de los disensos. Parlamento, de parlar, diálogo, que pocos entienden que para eso sirve.
Y no se equivoca Eduardo, pues deberá trabajar así y con todos, para limpiar el caos que le has dejado él, a Puebla y a los poblanos y poblanas.