Como todo proyecto, el cortometraje también pasó por un largo proceso. La idea surge cuando Robín aún estaba estudiando en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hace 17 años aproximadamente.
Estudiaba la carrera de diseño gráfico, cuando surge la idea de un libro para niños. Sin embargo, en aquel entonces, al querer publicarlo, se lo rechazaron.
Años más tarde, “se buscó emular el libro, como si se tratara de un álbum infantil ilustrado en movimiento”.
Para el año 2017, nuestro amigo Robín ganó la residencia CICLIC y la FOLIMAGE, en el festival ANNECY, para realizar en Francia este peculiar cortometraje.
La historia de El Tigre Sin Rayas es sobre un pequeño felino, el que se siente diferente a los demás, porque no tiene rayas. Entones, tuvo que emprender un largo viaje para encontrarlas y encontrarse así mismo.
El filme es metafóricamente una introspectiva de los seres humanos, de cómo debería valorar las cosas, ya que el valor de éstas, de lo que somos, no sólo está afuera, sino dentro de cada persona. Es “una historia sobre la aceptación, sobre aprender a ver quiénes somos y abrazar lo que ya tenemos”.
“En la medida que plasmamos nuestras experiencias personales, puedes contactar con la gente, porque estás abriendo el corazón. No puedes contar algo de lo que no has vivido y se ve cuando no es auténtico” (Robín).
Sin lugar a duda, el talento se refleja en la creación y en la imaginación de cada ser, cuando la gente se lo propone logramos hasta lo que sea y, en este caso, sabemos que fue un camino difícil para el director, pero que al final tiene mucha recompensa.
El Tigre Sin Rayas se ha presentado en más de 100 festivales y ahora es considerado como material elegible para competir en la Entrega 93 de los Oscar, por la estatuilla al mejor corto animado, además de que Robín ya gano un Ariel y ha recibido cerca de 12 reconocimientos.
Entre ellos, descartan el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine para niños en México, mejor Animación para audiencias infantiles en el Ottawa International Animation Festival, mejor producción para la primera infancia, en el Chicago International Children’s Film Festival, entre otros.
Sabemos que nadie es profeta en su propia tierra, que en México la animación es bastante difícil de producir y de llegar lejos, sin una industria, además de que apenas está teniendo auge, gracias a que los directores o productores pueden salir a buscar nuevos retos fuera del país. Así se pueden lograr resultados mejores y más competitivos.
El director de El Tigre Sin Rayas no solo ha hecho este corto, en 2014 grabo El Trompetista, grabó Amicus y para el año 2017 grabó Las Piezas del Rompecabezas, y luego Covi 2020.
Un gran reto requiere de un gran camino, esfuerzo y de mucha preparación.
Esperamos que nuestro amigo Raúl Robín Morales ponga en alto el nombre de México, que para mí ya lo está haciendo quedando nominado su cortometraje y ganado varios premios en festivales y le deseo la mejor de las suertes y mucha buen vibra ahora en los premios Oscar.
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El autor es egresado de la Licenciatura de Comunicación e Información de la Universidad Madero y cursó también Diplomado en Cinematografía en la UMAD, la carrera intensiva de actuación en la AMCI (Asociación Mexicana de Cineastas Independientes).
Ha participado como actor en rodajes de cortometrajes de producciones universitarias BUAP, UPAEP, AS MEDIA, CINEMA.
También ha participado en series de TV: Dos Lagos, de TV Azteca; La Bandida, Documental Niños Héroes, de History Channel, producción Argentina (Netflix), entre otros.
Participó en Microteatro Puebla, obra la Decisión.
Ha dirigido cortometrajes con producción independiente, entre ellos Hora Cero y Donde hay música.
Actualmente, escribe guiones para cine, para buscar nuevas oportunidades de producir cortometrajes.
