En el estado de Puebla, las remesas de los migrantes se han convertido en un factor clave para el desarrollo de las regiones. El dinero extranjero es inyectado por las familias de los migrantes en el sector de la construcción, con la adquisición de materiales para mejorar las viviendas, en la reparación de la infraestructura religiosa, en la preservación de las tradiciones, en el desarrollo del campo y en el bienestar familiar, salud y educación.
De acuerdo con el Anuario de Migración y Remesas México 2023, realizado por BBVA Research y el Consejo Nacional de Población (Conapo), en los últimos cinco años han emigrado de nuestro país 23,477 poblanos, de los cuales el 31 por ciento son mujeres y el resto hombres, con una edad promedio de entre 25 y 30 años.
Entre las principales actividades que desempeñan los connacionales en el extranjero se encuentran empleos relacionados con la gastronomía, labores del hogar y trabajos en el campo. Muchos de ellos se concentran en ciudades como Nueva York, Nueva Jersey, California, Illinois y Texas, y provienen principalmente de las regiones de Izúcar de Matamoros, Puebla, Atlixco, Huaquechula, San Pedro y San Andrés Cholula.
En el primer semestre de 2024, los municipios de Puebla, Atlixco, Acatlán de Osorio, Izúcar de Matamoros, Tehuacán, San Martín Texmelucan y Tecamachalco son los que más remesas han captado, acumulando 794.1 millones de dólares que ingresaron al estado en este período. Otro indicador del Banco de México coloca a Puebla entre las 10 entidades con mayor ingreso de remesas en el país, con un 5.1 por ciento del total recibido en México.
La participación de los migrantes en la economía de Puebla y del país es tan importante como cualquier inversión nacional o extranjera. Abrirles las puertas para la inversión de recursos en el estado sería un acierto para el desarrollo regional, pues su incursión no solo beneficiaría la economía, sino que traería consigo asesoría técnica, tecnológica, y equipos sofisticados para la generación de empleos.
Un ejemplo de este potencial sería la construcción de una fábrica de paneles solares, un proyecto integral y sustentable para el cuidado del medio ambiente, aprovechando la energía solar para la generación de electricidad que soporte la infraestructura hospitalaria, escolar, comercial y residencial.
Otros sectores donde podría aprovecharse la energía solar incluyen el transporte, con la fabricación de vehículos eléctricos, lo que podría reducir el costo de producción hasta en un 80 por ciento. Esta misma tecnología también contribuiría a abaratar los costos de producción en la distribución y suministro de agua para el riego de cultivos, entre otros usos.
Abrir las puertas a la inversión de los connacionales es un homenaje a su esfuerzo, trabajo y dedicación por impulsar a su país en beneficio de sus familias.