• 23 de Abril del 2024

Lidera México abusos sexuales de curas católicos

CNN en Español

Llaman la atención las cifras arrojadas por los informes La tercera oleada: Justicia para los sobrevivientes de abuso sexual infantil en la Iglesia católica de América Latina y el de la Conferencia Episcopal Alemana, en los que se asegura que mil 670 sacerdotes han abusado de tres mil 677 niños y niñas en el mundo.

 

El primer informe, elaborado por Child Rights International Network (CRIN), ubica a nuestro país en el primer lugar con 550 sobrevivientes de abuso sexual, seguido de Chile con 243 casos, Brasil, 170, Colombia con 100 y Argentina -país de origen del Papa Francisco-, 66.

Por su parte, el reporte de la Conferencia Episcopal de Alemania, señala que mil 670 sacerdotes cometieron tres mil 677 abusos sexuales entre 1946 al 2014. “Pero si lo anterior no es lo suficientemente escandaloso, sólo el 38 por ciento de (los curas) fue procesado”. 

Sin embargo, la organización Ending Clergy Abuse (ECA), Proyecto de Justicia Global, va más allá al asegurar que “la cifra de niños que sufrieron algún tipo de abuso y violación por religiosos, confirmados e investigados, asciende a 100 mil” sobrevivientes.

La organización mundial en pro de los derechos humanos de los niños, víctimas de sacerdotes católicos, la Red Independiente de Sobrevivientes del Abuso Sexual Institucional y el Centro de Derechos Constitucionales indagaron al Vaticano y encontraron que en “Austria el número de denuncias de abuso sexual es de 837; en Suiza 294; en Chile 266; Perú 128 niños y adolescentes; en Argentina violencia sexual contra 20 menores sordos; en México se estiman cerca de 200 tan sólo entre los abusos de Marcial Maciel -fundador de los Legionarios de Cristo- y Nicolás Aguiar; y en Canadá entre 10 mil y 20 mil personas han sido indemnizadas” por estos ilícitos.

 

El papel de la Iglesia católica ante estas denuncias

Ya la película Spotlight, ganadora de varios premios, en 2015 daba a conocer los obstáculos que colocaba la alta jerarquía eclesiástica a la investigación del grupo de reporteros del Boston Globe sobre los casos de pedofilia cometidos en Massachussets (reportaje de investigación con el que obtuvo el Premio Pulitzer).

Cuatro años antes, en un reportaje publicado en el semanario Der Spiegel (El Espejo), un criminalista -Christian Pfeiffer- fue retirado de la indagación sobre abusos sexuales de parte de sacerdotes contra niños, para la que fue contratado cuando denunció la falta de transparencia y censura por parte de la iglesia, al encontrar documentos manipulados y destruidos, mientras Stephan Ackermann, el coordinador de la Conferencia Episcopal, condenó específicamente la “filtración” del estudio a la prensa antes de lo previsto, pues se trataba de “información confidencial”.  

Cabe destacar que la revista semanal alemana sigue de cerca a los sacerdotes pedófilos en el mundo y da cuenta de que 34 obispos chilenos presentaron su renuncia al Papa Francisco tras los graves errores y omisiones del Vaticano sobre los abusos sexuales luego de que Juan Barros encubrió los ilícitos cometidos por curas en sus diócesis; Theodore McCarrick, excardenal y exarzobispo emérito de Washington, es apartado de sus funciones tras ser acusado de depredador sexual cuando era sacerdote en la arquidiócesis de Nueva York. Meses después, Francisco también acepta la renuncia del arzobispo de Washington, cardenal Donald Wuerl, al ser acusado de encubrir casos de abusos a menores en el informe de la Fiscalía de Pennsylvania (EEUU).

En el recuento, también las agencias de noticias estadounidense Asociated Press (Prensa Asociada) y la española (EFE) dan cuenta de la renuncia de Philip Wilson, arzobispo de Adelaida (Australia), tras ser condenado a doce meses de prisión por encubrir a un sacerdote pederasta (James Fletcher) en la década de los 70s del siglo pasado.

Ambas agencias informativas también señalan que “La Corte Suprema del Estado de Pennsylvania, Estados Unidos de América, publicó un informe con documentación de 300 supuestos casos de “sacerdotes depredadores” sexuales ocurridos en las diócesis de Greenburg, Eire, Scrantom, Allentown, Harrisburg y Pittsburgh”, agregando “que identificó a “unos 1.000 menores víctimas, y criticaba que todos los casos, demasiados antiguos para ser juzgados, fueron dejados de lado por los responsables católicos”.

Y en Europa no se hacen esperar las denuncias contra curas pederastas a tal grado que la Conferencia Episcopal de Francia crea una comisión independiente para investigar los abusos sexuales a menores cometidos en la iglesia gala desde 1950 tras los escándalos provocados por el cardenal arzobispo de Lyón y primado de Francia, Philippe Barbarin, acusado de encubrir a un cura pederasta; , del exobispo de Orleans, Andre Fort, por encubrir al sacerdote Pierre de Castelet, a su vez castigado con dos años de prisión firme por abuso sexual contra niños.

En el propio Vaticano también “hace aire” a tal grado que su Jefe de las Finanzas, “número tres” del Vaticano y miembro del Consejo de Cardenales, el purpurado australiano GeorgePell, fue declarado culpable por abusos a menores de edad.

Además de los medios de comunicación y organizaciones por los derechos humanos de los infantes abusados por los curas, en el reporte de la Conferencia Episcopal Alemana, participaron tres universidades de ese país que revisaron un total de 38 mil documentos de 27 diócesis el país germano. Originalmente sería publicado en su totalidad el 25 de septiembre, no obstante, el semanario Der Spiegel adelantó parte de la investigación en su versión digital.

 

Tácticas utilizadas por la Iglesia católica para acallar las denuncias

Pero con el fin de contrarrestar las denuncias contra sus curas pederastas, la Alta Jerarquía Eclesiástica utiliza, ya no sermones desde el púlpito, sino diversas tácticas y estrategias para mermar el estado anímico y mental de los denunciantes y aplicar la presión religiosa para censurar la información en diversos medios de comunicación.

Al respecto, el informe de Child Rights International Network enfatiza que “Huelga decir que el escándalo de los abusos sexuales a niños y niñas en la Iglesia católica ha afectado a su imagen, a su reputación y a la confianza pública en la institución. Para contrarrestar estos efectos, la Iglesia ha intentado sistemáticamente, durante muchos años, evitar que las acusaciones de abusos sexuales salieran a la luz. Y cuando lo han hecho, la Iglesia ha tratado de silenciar a las víctimas y a sus familias o disuadirlas de emprender acciones legales”.

«Traslado terapaútico», donde los obispos cambian de lugar de residencia a los curas pederastas a parroquias de otras diócesis del mismo país, o al exterior con el fin de ocultar sus ilícitos y escapar de justicia, aunque no sirve de nada porque los pedófilos continúan con sus abusos contra los y las infantes.

Otra táctica es culpar a sus propias víctimas y a sus progenitores tal como lo hizo el cura William de Jesús Mazo, quien fue condenado a 33 años tras las rejas por abusar sexualmente de cuatro menores en la casa parroquial Cali, ya que “el hecho de que los niños sufrieran abusos era culpa de las propias familias. Sostuvo que las familias habían violado el deber de cuidado, salvaguarda y vigilancia hacia los hijos”, a la vez que la arquidiócesis acusó de mentirosos a los niños por ser “viciosos y no habían sido educados de manera adecuada”.

También la manipulación psicológica se hace presente cuando las “profesionales” designadas por la jerarquía eclesiástica, amenazan a los niños y niñas que fueron abusados diciéndoles que “se van a ir al infierno por atacar a la iglesia al tener un abogado ateo y que acabarían en la cárcel. Otra psicóloga fue más allá al exigirle a la víctima que pidiera perdón al sacerdote, César Cordero, que lo violó durante su infancia”.

Otra es minar la credibilidad de los sobrevivientes de abuso sexual al desestimar los dichos y argumentos como lo dicho por el cardenal brasileño, João Braz de Aviz, quien en 2019 afirmó que “muchas acusaciones de abusos sexuales contra clérigos «no son verdaderas» y de que las investigaciones lideradas por la Iglesia están para verificar las acusaciones”.

Además, los sobrevivientes de abuso acusan a obispos y curas católicos de “ofrecerles dinero a cambio de su silencio. Ya en 2002 se acusó a la Iglesia católica de México de realizar estos pagos secretos a víctimas de abusos. En Paraguay, las pruebas aportadas por tres jóvenes, que acusaron al obispo Jorge Livieres Banks de abusar sexualmente de ellos cuando eran niños, incluían una grabación del obispo ofreciéndoles 30.000 USD -dólares estadounidenses- a cada uno para que no hablaran. En Chile, la Congregación de los Hermanos Maristas ha ofrecido dinero a muchos antiguos alumnos de un colegio, en el que sufrieron abusos sexuales, si aceptaban no demandar al colegio o a los agresores. La familia de una víctima recibió 50 millones de pesos chilenos (70,400 USD) por no emprender acciones legales o revelar los abusos a nadie”.

El Informe La tercera oleada: Justicia para los sobrevivientes de abuso sexual infantil en la Iglesia católica de América Latina también resalta la táctica eclesiástica de aplicar censura de los medios de comunicación, al dar cuenta de que en “2016, el periódico paraguayo La Nación comenzó a publicar una serie de reportajes de investigación -Iglesia Oscura- sobre cinco sacerdotes católicos de Argentina y uno de ellos, Carlos Ibáñez, abusó sexualmente de diez jóvenes, se suspendió tras su cuarto día de publicación y trascendió que el embajador del Vaticano en el país, Eliseo Ariotti, había contactado con la propietaria del diario, Sarah Cartes, hermana del presidente de Paraguay en aquel momento, Horacio Cartes, para decirle que «no era oportuna la publicación, pero otros medios denunciaron la censura y la Nación volvió a publicar 15 artículos ganando un premio periodístico de derechos humanos.

“En 2018, José Antonio Eguren Anselm En 2018 en Perú, el Arzobispo de Piura y Tumbes, interpuso dos demandas penales alegando difamación agravada contra dos periodistas de investigación, Pedro Salinas y Paola Ugaz, quienes en 2015 habían publicado Mitad monjes, mitad soldados, un libro que expone abusos dentro del Sodalicio”, cita el Informe de CRIN.

Sin embargo, destrucción, alteración u omisión de documentos de las diócesis que contengan información sobre abusos sexuales contra infantes, buscar acuerdos extrajudiciales con los sobrevivientes de estas violaciones; y cabildear entre legisladores con el fin de bloquear reformas legislativas en pro de la defensa de los derechos humanos de niñas y niños que han sido abusados sexualmente, son tres de las tácticas que realiza la alta jerarquía católica a nivel mundial.

Por último, nos queda claro que “a la Iglesia le importa más su credibilidad y el daño que la institución puede sufrir, antes que la salud física y mental de los menores abusados. El escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia Católica continúa y la cifra de las víctimas va en ascenso” se considera que hoy son más de 100 mil casos que han cometido los curas pedófilos católicos.

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Del Autor

Con una larga trayectoria en medios de información, comunicación institucional y docencia, Gustavo González López ha sido:

Reportero en la Coordinación de Comunicación del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados.

Reportero de Diario Respuesta y Maya sin Fronteras en Quintana Roo, Siglo 21 de Guadalajara, El Municipal, La Crónica de Hoy, Boletín Mexicano de La Crisis, Filo Rojo de México, Sección Mexiquense del Unomásuno, programa radiofónico La Hora de la Verdad, Semanario Punto

Coordinador de Comunicación Social del Partido del Trabajo en Quintana Roo

Colaborador de revista Maya sin Fronteras

Corresponsal del Centro de Información de la Mujer (CIMAC) en Quintana Roo

Coordinador de Información de La Gaceta de Nezahualcóyotl

Docente en la Universidad Modelo campus Chetumal; Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID), Chetumal; Universidad Politécnica de Bacalar. Todas en Quintana Roo.

Es licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP-Aragón) e la Universidad Nacional Autónoma de México, y tiene maestría en Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria.

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