Comienza la cuenta regresiva para Sheinbaum de los 2191 días en que gobernará tanto para los más de 35 millones que votaron por ella como para los que no. Por ahora, Claudia sólo espera el día del banderazo de salida, la unción de Andrés Manuel. Días de tensión: reformas aprobadas en el Congreso a una velocidad vertiginosa nunca vista; marcha por Ayotzinapa, antorchas incendiarias y el desaire a Felipe VI.
Estemos o no de acuerdo con la reforma al Poder Judicial, “la reforma va” repite sin tregua el presidente. Así termina su sexenio bajo algunos claroscuros de su mandato. Pero está feliz, así se le vio en la inauguración de la Línea 3 del Cablebús. “Es muy satisfactorio que la continuidad con cambio va a estar a cargo de una mujer excepcional, una mujer inteligente, preparada con experiencia, sensible, honesta, de buenos sentimientos, de buen corazón. Eso es Claudia, la próxima presidenta”. Así lo dijo.
Las loas, sonrisas y ditirambos llegan al pueblo, hay aplausos, puños en alto. Y una sonrisa amplia, sin titubeos, se deja ver en la futura presidenta que contagia hasta a los más adustos. Todos sonríen, festejan, tal vez hubo alguna lágrima. Y todos al Cablebús. La vista es privilegiada desde lo alto: Los Pinos, la nueva Cineteca, el bosque, Santa Fe, y a lo lejos, el horizonte que presagia buenos augurios.
Claudia Sheinbaum espera con nervios, con ansias, sus 2191 días, pero por ahora ¿puede pensar en otra cosa que no sea en el día uno de octubre del 2024? La banda presidencial la portará orgullosa, sin duda alguna: ha llegado por el poder del pueblo y de la mano generosa de su partido.
Pero la silla presidencial suele no ser precisamente para reposar. Sheinbaum deberá enfrentar un país dividido, con un pueblo que también cuestiona y duda. Con vientos encontrados... Y, aunque Andrés Manuel ya tiene listas las maletas, muchos ponen en duda que se vaya a “La Chingada”, allá en Palenque. ¿Se irá como Cincinato el patricio y cónsul Romano que se fue para siempre del poder?
Los fantasmas de Andrés Manuel andarán sueltos. Tanto el carisma como la maratónica mañanera; tanto el Tren Maya como Ayotzinapa; el aumento al salario y Sinaloa; abrazos y no balazos; el AIFA y Segalmex; el sistema de salud y Dinamarca; muertos en pandemia y una gran campaña de vacunación anti-COVID. Y un largo repertorio de dicharachos difíciles de igualar, me canso ganso.
Mientras los fantasmas se alejan, Claudia caminará por los pasillos del Palacio Nacional, pensando quizás, en qué es mejor, si los abrazos o los balazos.