• 21 de Noviembre del 2024

Aires siniestros del 94

 

En el equipo compacto de Colosio, se respiraba un intenso anti-salinismo, pues cobijaban la idea de que el presidente; intentaba sustituir a Colosio por Manuel Camacho Solís

 

 

Aldo Fulcanelli

Tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio el 23 de marzo de 1994, el circulo más íntimo de sus colaboradores, las cabezas de su equipo de campaña, se reunieron con el candidato Ernesto Zedillo, y el todavía presidente; Carlos Salinas de Gortari.

Se respiraba un ambiente siniestro, la desconfianza e incertidumbre dominaban aquel cruento año de 1994.

Según las propias declaraciones de los colaboradores de Colosio, que constan en las averiguaciones previas de la entonces PGR, y en las fojas que integran el Expediente de la Fiscalía Especial, los más cercanos a Colosio, dudaban profundamente de la versión oficial del "asesino solitario".

Los encargados de logística, estrategia, participación ciudadana, agenda, de la campaña de Colosio, tenían información privilegiada como libretas de apuntes, números telefónicos, y sobre todo; habían sido testigos presenciales de los desplantes del presidente Salinas, en la recta final de la campaña de Colosio, y las diferencias con este.

En el equipo compacto de Colosio, se respiraba un intenso anti-salinismo, pues cobijaban la idea de que el presidente; intentaba sustituir a Colosio por Manuel Camacho Solís.

En su fuero interno, Colosio albergaba la esperanza de sobreponerse al salinismo, que al final le había complicado la vida, algo que consta en el famoso discurso del 06 de marzo.

Herido de muerte por las balas de Lomas Taurinas, Colosio no pudo sentir el sabor del triunfo. Pero la gente de confianza de Colosio, tras su muerte, aceptaron senadurias y diputaciones que les ofreció Zedillo, a cambio de que respaldaran la nueva candidatura, y no promovieran escándalos.

En política no existen las casualidades, y una suerte de pacto de silencio se había gestado, el colosismo había sido desmantelado por un Zedillo hambriento del poder total. A Ernesto Zedillo le importaba recibir la aprobación del grupo compacto de Colosio, que no se resistieran a su nombramiento, era parte de la imagen pública.

Así, los ex colaboradores de Colosio, se convirtieron en senadores, diputados, y otros más, continuaron ascendiendo en la administración pública, con la nueva bendición del Zedillismo.

*Guillermo Hopkins, coordinador de Logística de Colosio: Senador electo del PRI en 1994.

*José Luis Soberanes: asesor personal de Colosio: senador electo del PRI en 1994.

*Samuel Palma, asesor de estrategia de Colosio, diputado federal del PRI, electo del PRI en 1994.

*Javier Treviño, colaborador de Colosio, nombrado sesor en asuntos internacionales del gobierno de Ernesto Zedillo en 1994.

*Cristina Díaz, amiga personal y colaboradora de Colosio, diputada federal del PRI, electa en 1994.

*Mario Luis Fuentes, Coordinador de Participacion Social de la campaña de Colosio, y testigo presencial del asesinato, nombrado Director del Sistema Dif Nacional en 1994.

*Agustín Basave: amigo personal y colaborador de Colosio, nombrado Director de Desarrollo Político de la Secretaria de Gobernación en 1994.

*Marco Antonio Bernal: asesor de Colosio, nombrado Comisionado para la paz en Chiapas en 1994.

Pero además, el Jefe de Seguridad de Colosio, el militar Domiro García Reyes, aunque fue perseguido por la opinión pública, nunca fue sancionado por el Estado Mayor Presidencial por su descuido en Lomas Taurinas, y con los años, se convirtió en Secretario de Seguridad Pública del Gobierno de Veracruz, con en PRI.

Lo mismo ocurrió con el también militar Federico Reynaldos del Pozo, que integró el cerco de seguridad que no pudo proteger al candidato, de las balas que cegaron su vida en Tijuana. Años después, fue ascendido a general, y jefe militar en diferentes zonas del país.

Los demás miembros del equipo de seguridad de Colosio, fueron dispersados en el país, sorprendentemente volvieron a su área en el Estado Mayor Presidencial, e incluso, algunos se incorporaron a la seguridad personal del nuevo presidente; Ernesto Zedillo.

"Que no hay, para olvidar amor, remedio

como otro nuevo amor, o tierra en medio".

Dijo el español Lope de Vega.