• 12 de Diciembre del 2024
Israel Mendoza Pérez

Israel Mendoza Pérez

La posibilidad de la infiltración de los Yunes a Morena es nula. Aunque comprometieron sus votos en las reformas impulsadas por Morena, en el Senado, a nivel de partido, al menos, hay dos factores para detener la insinuación de formar parte de la cuatroté de manera formal. Uno es el dique veracruzano puesto por la gobernadora Rocío Nahle, por ser su rival política, y en la estructura burocrática la presencia de Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización del partido, frena cualquier intentona. No hay cabida en la nueva etapa de relevo generacional en Morena para personajes con pasado torvo.

Desde hace un par de años a la dupla Rosario Piedra-Francisco Estrada, las críticas les comenzaron a afectar menos, a pesar de los señalamientos y errores en la conducción de la CNDH en casi cinco años; sin embargo, lo intolerable, para ellos, fue ser exhibidos ante los senadores y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum.

En los últimos 22 días del sexenio de la cuatroté crece el riesgo de heredar, a la siguiente administración, una crisis político-económica en varios sectores clave del gobierno, desde la seguridad y el espacio aéreo, derivados de la falta de flujo de dinero para mantener las instalaciones en óptimas condiciones.

Acostumbrado a mangonear desde posiciones privilegiadas y de poder político, Dante Delgado comenzó a mover a su partido al ritmo marcado por sus intereses. Tras quedarse con las ganas de repetir seis años más en la comodidad del escaño, volvió por sus fueros y el control del partido naranja como ha sido desde hace más de dos décadas.

Con una compleja maniobra, Francisco Estrada, secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, retorció el Reglamento Interno de la CNDH, y encontró una manera de presionar a instituciones para beneficiar a víctimas y colectivos afines a su proyecto político, aunque se encontrara cerrado el caso.

La visión sesgada de la magistrada Mónica Soto, por sus compromisos políticos, la orilló a  aplicar mano dura en las impugnaciones contra del dirigente nacional priista Alejandro Moreno Cárdenas. La posibilidad de mantenerse dos años en el cargo gracias a Morena, le abrió el abanico de opciones, incluido tener espacios políticos a través de dirigentes partidistas enquistados en el trono. Su apuesta es con todos los líderes partidistas.

La tibieza de los integrantes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, encabezados por la magistrada presidenta de la Sala Superior, Mónica Soto Fregoso, frente a la reforma al poder judicial despierta el sospechosismo de sus recientes movimientos y decisiones jurídicas. La posibilidad de ampliación de mandato por dos años, según la propuesta de dictamen morenista— les da el tiempo suficiente para mantener y reforzar sus relaciones con los partidos políticos.

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