Su sumisión ante el dirigente nacional perredista Jesús Zambrano y las intromisiones de la alcaldesa Alfa González en el distrito 14 de Tlalpan formaron parte de una serie de errores traducidos en choques y disgustos que derivaron en la salida de Banquells.
El fichaje de celebridades es volátil en cualquier instituto político. La aritmética burda es fama igual a votos. Así Jesús Zambrano fue quien apostó por la intérprete; sin embargo, fueron sus incondicionales los encargados de ayudarle a salir de las filas perredistas.
El jefe de la bancada Luis Cházaro acusó al partido de Movimiento Ciudadano de dividir a la oposición. La realidad es otra. El PRD en manos de Nueva Izquierda es cuando ha perdido más espacios de acción política-electoral. La pérdida de 15 registros del partido, principalmente en estados del norte del país y ahora la minibancada con 15 legisladores muestran un partido enfilándose al olvido. Si se suma que con una votación de 3.77 por ciento, el dirigente perredista se defiende con las uñas de desaparecer del escenario político-electoral.
Rocío Banquells, quien dejó la bancada del PRD, comentó: “Esta decisión fue resultado de una profunda reflexión, que tiene que ver principalmente con la congruencia, con mis convicciones y respeto como legisladora”.
Fue el estilo de Cházaro lo que terminó por romper con Rocío Banquells y quedó exhibido como un líder de tamaño petit. En una etapa en la que el PRD añora los días de gloria, pero se encuentra sumido en la tragedia de ser el mismo partido sin liderazgos ni causas.
Cházaro quedó mermado. Es un triunfo para Jorge Álvarez Maynez y Movimiento Ciudadano. Pero de vuelta un retroceso en la capacidad de impulsar cuadros propios, la dependencia de la fama y los aplausos tampoco ha sido la mejor compañera reciente de Movimiento Ciudadano, la precandidatura insulsa de Roberto Palazuelos es ejemplo de esta falsa conveniencia.
El supuesto pleito con Movimiento Ciudadano es inexistente. Los emecistas sólo aprovecharon la coyuntura y crisis en la bancada perredista. El PRD se encuentra en una situación crítica. El papel de centro progresista no es propiedad del PRD ni tiene los cuadros preparados para ese salto. Los Chuchos fueron quienes impulsaron un canibalismo político al interior del PRD. Esa es su naturaleza. Lo que hay en la actualidad es una dirigencia adormilada y ávida de pequeños feudos.
Tlalpan se convirtió en el espacio de operación económica para Jesús Zambrano vía la alcaldesa Alfa González. Es un centro de operaciones e intereses más allá de una base para el trabajo electoral.
La realidad política del PRD en manos de Zambrano se volvió compleja y tortuosa. No hay logros, ya hay una salida de la bancada y se espera un reacomodo de fuerzas al interior del PRD, aunque sus actuales dueños se niegan a dejar el control.