• 18 de Abril del 2024

El minipartido

 

El PRD ya no es el partido de la movilización social ni simpatizante de grupos de académicos

 

 

Israel Mendoza Pérez

 

@imendozape

Reducido a una mínima expresión dentro de la alianza Va por México, el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, apenas despertó y se dio cuenta de que el partido, de las causas democráticas y afín a los movimientos sociales, está a un paso de convertirse en un partido satélite para los próximos comicios de 2024.

En sus más de tres décadas de existencia, es la primera vez que al partido negroamarela lo tildan de nimio. Esto debido a la disfuncional dirigencia encabezada por Jesús Zambrano. Sin un liderazgo sólido ni con activos políticos suficientes para negociar, el perredista se lanzó con tibieza contra las decisiones del panista Marko Cortés y el priista Alejandro Moreno Cárdenas de evitar que ellos mantengan el control de las candidutras para 2024.

Al cierre de la reunión plenaria del PRD, Jesús Zambrano señaló que la candidatura a la Presidencia de la República para el 2024 debe ser decidida por un consenso político y social que decida la ciudadanía. Al tiempo que respaldó el destape del senador Miguel Ángel Mancera. Sin embargo, su llamado no alcanzó tamaño ni resonancia debido a que no amaga con salirse de la alianza y solo avienta el balón a la cancha de la sociedad civil. En el partido, aunque tiene dominio en la estructura burocrática, en el tema político y de respaldo a sus decisiones frente a los integrantes de la alianza su poder de convocatoria está reducido.

El PRD ya no es el partido de la movilización social ni simpatizante de grupos de académicos, intelectuales que en algún momento, se sumaban a las causas abanderadas. Ahora, la única causa es la de la sobrevivencia del perredismo y de los integrantes de Nueva Izquierda. Ese es el objetivo de Zambrano. La pérdida de 15 registros del partido, principalmente en estados del norte del país no le dan margen de maniobra o negociación, al contrario, le restan fuerza para una negociación sólida.

Sin embargo, al tener despedazado el partido, el dirigente perredista minimiza el acuerdo entre sus homólogos del PRI y PAN y los acusa de excluir a la sociedad civil en la toma de decisiones para el futuro electoral. “El PRD plantea la necesidad de que las principales candidaturas para las elecciones del 2024, como son para la Presidencia, la Jefatura de la Ciudad de México y las ocho gubernaturas, sean decididas con la participación más amplia de la sociedad civil, mediante un método abierto, transparente, incluyente”.

Para este año, el perredista ya no discutió ni las formas ni la elección de abanderados que acompañaran en Coahuila y Estado de México. El debilitamiento en el que se encuentra el perredismo solo le alcanza para lanzar reclamos rumbo a 2024. Aunque en la práctica, puede pasar de los reclamos a la amenaza de salir de la alianza; sin embargo, no se arriesgará a ir solo y quedar como una figura decorativa y con un candidato que solo se convierta en un mero recuerdo. La dirigencia nacional no pudo cambiarle la imagen al PRD. Ni se modernizó ni adoptó nuevas formas de hacer política.