• 29 de Marzo del 2024
TGP

El rival más débil

 

 

Para evitar un revés y quitarle los aires de felicidad a Palacio Nacional, tras el desfile del domingo 27, Mier Velasco dio el más inocuo de los argumentos: “prudencia y tiempo para el análisis

 

 

Israel Mendoza Pérez

 

@imendozape

El pedir tiempo extra a la discusión de la Reforma Electoral, es la confirmación para el dirigente de Morena, Mario Delgado y el presidente Andrés Manuel López Obrador de que el coordinador parlamentario Ignacio Mier carece de fuerza e influencia en el Congreso. Sus decisiones parlamentarias, las calcula más por su interés en la gubernatura de Puebla que por su actual cargo.

Para evitar un revés y quitarle los aires de felicidad a Palacio Nacional, tras el desfile del domingo 27, Mier Velasco dio el más inocuo de los argumentos: “prudencia y tiempo para el análisis”, pero apenas unos días atrás advirtió al priistas y panistas: “que cada quien asuma su responsabilidad y la consecuencia de un proyecto que tiene el respaldo popular”.

El legislador se convirtió en la pieza débil de Morena desde hace meses, aunque está en una de las posiciones clave, ante el traspié de la pausa, el senador César Cravioto fue quien salió al golpeteo de la oposición al llamar a los legisladores “torpes”. Acción que no puso en práctica Ignacio Mier.

Los obligados aliados del PT y PVE se desmarcaron de la prórroga. Todo es la jugada de Mier y su obediencia ciega e intereses político-personales. La búsqueda de estirar la discusión hasta febrero, prende las alarmas ante la búsqueda de un ardid morenista.

En este escenario, algunos especialistas y legisladores perciben que durante esta prórroga Morena y el gobierno aumentarán la presión sobre algunos diputados opositores para conseguir los votos necesarios para sacar la reforma en materia constitucional, el PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano reafirmaron su postura de rechazo total a la reforma electoral en cualquier momento.

Lo que quedó demostrado con el frenón, es que Morena no tiene consenso interno porque ni siquiera a sus propios diputados presentaron propuestas. Además, no cuentan con los votos suficientes para cumplir con el mandato presidencial, ni con un interlocutor apropiado con las demás fuerzas políticas como es Ignacio Mier.

Por tratarse de una reforma constitucional se requiere de las dos terceras partes de los votos en el pleno; es decir, de 344, pero a Morena no le alcanza ni con el apoyo de sus aliados, por lo que la reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador irremediablemente será rechazada de mantenerse firma la postura de la oposición de votarla en contra.

Lo que pretende Morena es revolver la ley con modificaciones a la ley secundaria, donde ellos sí tienen mayoría para que haya un voto dividido. Además, es una ley trazada bajo la premisa del debilitamiento de la institución electoral y no del fortalecimiento de todo el sistema que lo conforma.

Lo que no entiende Ignacio Mier es que el trabajo legislativo debe velar por un sistema electoral, no es necesario realizar cambios radicales en las instituciones que garantizan certeza la democracia.

Y es que desde Presidencia y con su brazo ejecutor de Morena, en el legislativo quieren cumplir una añosa revancha, vivida desde 2006, cuando en plena efervescencia postelectoral surgió la amenaza que, ahora, a 16 años se pretende cumplir: “al diablo con sus instituciones”.