• 25 de Abril del 2024

De parte de la princesa muerta, de Kenizé Mourad

Portada De parte de la princesa muerta / Facebook

 

La autora del libro es hija de Hanim Selma Rauf, y ella también es sultana o princesa, por derecho propio

  

Juan Norberto Lerma

De parte de la princesa muerta, de Kenizé Mourad, es una novela que recrea la vida de Hanim Selma Rauf, una de las últimas princesas del imperio otomano. Integrante de la familia real turca, Selma creció dentro de un palacio y absorbió, incluso por la fuerza, los preceptos de la religión musulmana, del islam, fue educada para ordenar y ser obedecida, y se le enseñó que algún día debería ser reina.

Kenizé Mourad, la autora del libro De parte de la princesa muerta es hija de Hanim Selma Rauf, y ella también es sultana o princesa, por derecho propio. En su novela, Kenizé Mourad abarca 22 años de la vida de Selma y como en un escenario vemos transcurrir la caída del imperio otomano, los años posteriores a la Primera Guerra Mundial y el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Alejada del molde hollywoodesco de la princesa tierna y dulce que sueña con la llegada del príncipe del que se enamorará y con el que será feliz el resto de sus días, desde sus primeros años, Selma quiso ser reina, revolucionaria, benefactora de su pueblo, y promotora de un cambio social que mejorara la convivencia de los seres humanos y de las naciones. Inconforme con el papel al que relega a la mujer el islam, Selma busca la libertad de todas las maneras posibles. En la novela, Kenizé Mourad construye el personaje arquetípico de una mujer inteligente y rebelde, y alejada de los estereotipos femeninos que producen todas las culturas.

La rebelión de Selma

En la primera parte de la novela se describen sucesos históricos que afectaron de manera directa la vida de Selma y de su familia. La aristocracia otomana se derrumba y surge un movimiento de independencia que se enfrenta a sus opresores. En calidad de testigo, Selma sigue paso a paso los movimientos políticos que a la larga marcarán su destino. Como niña y adolescente sueña con participar ella misma en la lucha insurgente, pero lo más cerca que está de la historia es en el momento en que su madre, Hatidje sultana, esconde en su casa a uno de los sublevados.

La primera rebelión de Selma, cuando tenía 12 años, ocurre en el momento en que la obligan a utilizar el charchaf, una capa amplia que oculta las formas femeninas, y le ordenan que se cubra el rostro con un velo. Aunque tuvo que someterse a la tradición, a lo largo de su vida, Selma hizo cuanto pudo para no usar el velo ni el burka y cada que tuvo oportunidad se mostró con el rostro descubierto. A la larga, Selma parece convencerse, como se lo dice una de sus amigas, de que desde detrás del velo que cubre sus rasgos ante los demás hombres, son las mujeres las que manipulan y mueven a su manera los hilos del poder.

En las páginas del libro, la historia real discurre de manera sobria y alejada de los personajes, a pesar de que definirá su destino. En distintos momentos de la narración, la autora consigue construir varias escenas coloridas y cargadas de emotividad. En la novela, se entrelazan temas históricos, religiosos, sociales, y todos confluyen en Selma sultana, el personaje principal. Con una prosa fluida y descriptiva, Kenizé Mourad construye una narración lineal, sólo interrumpida en ocasiones para describir rasgos de la psique de sus personajes.

La libertad de Selma

El libro está estructurado en cuatro partes: Turquía, El Líbano, La India, Francia, y un epílogo informativo. Con la caída del imperio otomano y el poder en manos de quienes lograron la independencia de Turquía, los nuevos amos destierran a la familia real. Hatidje sultana y sus dos hijos, Selma y Hairi, van a vivir a El Líbano. El exilio marcará para siempre a Selma, pues no sólo pierde su tierra natal, sino también a su padre, el diplomático Hairi Rauf Bey, que se separa de su madre, y se marcha por su cuenta a otros territorios. La separación de su padre marcará a Selma y ella la sufrirá como un rechazo, un abandono, un desamor que le produjo dolor a lo largo de toda su vida.

Comparada con la vida opulenta que disfrutaba en Turquía, la familia de Selma en El Líbano ve reducida su fortuna y lleva una existencia burguesa. Selma aprovecha esa parte de su vida para ejercer su libertad por primera vez y hacer las cosas que le dan satisfacción. Se descubre como una mujer sensual que provoca admiración en los círculos que frecuenta, no sólo por el título de sultana que posee, sino, sobre todo, por su belleza. En El Líbano, Selma se enamorará por primera vez de un joven aristócrata y sufre su primer revés amoroso. Cuando parece que el noviazgo está en su mejor momento, el muchacho se aleja de ella sin ninguna explicación y tiempo después Selma se entera que él se casará con una aristócrata.

Aunque venida a menos económicamente, Hatidjé sultana, su madre, conserva buenas relaciones con los círculos reales de otros países y consigue que un rajá se interese en Selma y se case con ella. La madre de Selma está convencida de que la boda con el príncipe indio convertirá en reina a su hija. Selma acepta el matrimonio y viaja a la India, en donde se casa y comienza un matrimonio por conveniencia.

Una historia de amor

A la novela se le ha querido ver como una historia de amor, pero no lo es. De parte de la princesa muerta es una novela biográfica o una biografía novelada, un intento de Kenizé Mourad de reconstruir y rescatar la figura de su madre. Sin embargo, en las páginas de la novela aparece el amor que nace de lo físico y que hasta ahí llega, porque no logra concretarse en un sentimiento que trascienda a niveles espirituales o sublimados.

Cuando Selma se casa con el rajá, recupera el estatus social que tenía, sin embargo, no se engaña, descubre que no es al lado del príncipe indio en donde logrará encontrar el amor que desea desesperadamente. Es consciente de que, aunque con ese matrimonio obtuvo ciertos privilegios, no deja de ser una mujer sometida, que siempre estará detrás de la fachada del hombre.

En la parte del libro que corresponde a la India, Kenizé Mourad aprovecha la estancia de Selma en los palacios indios para describir con acierto las distancias emocionales que existen entre sus personajes hombres y mujeres. La autora se da tiempo de examinar las conductas masculina y femenina, y plasma con claridad cómo las actitudes de un hombre tienen un significado distinto para la mujer, y viceversa, lo que provoca un desencuentro fatal que vuelve intolerables e imposibles las relaciones sentimentales.

En la práctica, los hombres y mujeres que atraviesan la novela están separados no sólo los unos de las otras, sino separados de sí mismos. La cercanía física los alienta, pero la sensación de vaciedad y extrañamiento interior los desequilibra y los hace sufrir, porque ni siquiera son capaces de tenerse a sí mismos en el mundo frívolo, caótico, que comparten.

La historia como telón de fondo

El choque de la realidad con los anhelos de cambio social y de transformación de Selma, a la larga se convierten en una lucha inútil en la que ella no logra equilibrar sus valores éticos y morales con la realidad que le estalla en la cara, y quienes la rodean, rebajan todos sus anhelos de cambio social y transformaciones internas, al nivel de vulgares caprichos.

Cuando Selma piensa que ha encontrado el amor, la experiencia profunda sólo le dura un mes y la acompañará el resto de su vida.

Narrada en presente y en tercera persona, la historia por momentos es lenta y los párrafos parecen los apuntes para una novela y no el desarrollo propio de una historia que pretende ser literaria. En sus mejores momentos, Kenizé Mourad describe vivamente las condiciones miserables en las que sobreviven los campesinos indios y logra describir escenas coloridas de la vida de Selma al lado del rajá.

La historia tiene como telón de fondo los cambios políticos que, en ocasiones, son igual de convulsos, o diversos, que las conjugaciones del espíritu de la princesa Selma. Los acontecimientos políticos afectan la vida de Selma y ella responde a esos movimientos políticos, aunque sea de manera simbólica, enfrentándolos, retándolos, rebelándose, o esquivándolos. En el fondo, lo que vemos son los movimientos naturales del alma de esta mujer singular, que no son muy distintos de los de las demás mujeres.

Selma sultana, extranjera en todo el mundo

De parte de la princesa muerta es un libro que sigue puntualmente los hechos históricos que le tocaron vivir a la princesa Selma y que afectaron su vida. Aunque estaba destinada a reinar, en ocasiones Selma hizo a un lado el orgullo y la soberbia de su clase para mostrarse como una mujer muy humana. Sin embargo, sometida a la tradición y a las convenciones sociales, nunca pudo entender o construir su propia naturaleza y todos sus deseos de transformación y libertad se estrellaron con la realidad y los destruyeron.

A lo largo de la novela, Kenizé Mourad hace una crítica feroz de los soberanos decadentes que, para no perder privilegios de clase, prefirieron someterse a la autoridad intervencionista que los invadió, los colonizó, se apoderó de sus riquezas, y estuvo a punto de borrar para siempre su cultura.

En De parte de la princesa muerta, Kenizé Mourad consigue convertir en personaje a su madre, para tener una idea de cómo era ella, si no en la realidad, sí por lo menos como personaje literario o para consumo personal, y salpica sus páginas con escenas de la realidad cruda, sobre todo de la India, describe la miseria de las clases bajas y el paisaje exótico lleno de costumbres atávicas basadas en la religión.

Kenizé Mourad retrata con crudeza la extrema pobreza de la población y la opulencia en la que viven las clases poderosas, y hace un contraste entre la búsqueda de justicia social y los problemas propios que enfrenta la princesa Selma para entenderse a sí misma, y su lucha para dejar de ser extranjera en todos los lugares que habita.

 

***

Juan Norberto Lerma

México, Distrito Federal. Es escritor y periodista. Ha colaborado en diversos medios de comunicación y en varias revistas culturales. En el año 2000 ganó el premio de cuento José Emilio Pacheco, al que convocó la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado varios libros de cuentos en Amazon, entre los que se encuentran La Bestia entre los días, y Perro Amor.