• 26 de Abril del 2024

Cómo Hacer el Amor Igual que una Estrella del Porno, un libro más confesional que pornográfico

Jenna Jameson / Jenna Jameson/Especial

 

Cuando llega el momento de contar sus intimidades, Jenna Jameson no se calla nada y llama a las cosas por su nombre

 

Juan Norberto Lerma

Aunque el libro Cómo Hacer el Amor Igual que una Estrella del Porno no es propiamente literatura, sino un relato periodístico autobiográfico, por lo menos no miente en el titulo y, en efecto, revela los secretos, tanto a mujeres como a hombres, que les ayudarán a comportarse ante las cámaras como una superestrella del porno.

Si los consejos que Jenna Jameson da en forma de decálogos no sirven para destacar en el set, por lo menos podrían ser puestos en práctica en cualquier habitación y tal vez, sólo tal vez, quienes los sigan podrán, si no satisfacer a su pareja, sí sorprenderla o arrancarle una carcajada.

Cómo Hacer el Amor Igual que una Estrella del Porno es una narración fluida que Jenna Jameson, una diva del cine XXX de los años 90, le dictó a Neil Strauss, un periodista norteamericano que se volvió famoso luego de haber escrito el libro El Método.

El libro está escrito en primera persona y en todo momento se escucha la voz de Jenna Jameson, que nos cuenta sin disfraces sus infelicidades familiares, la forma en que la violaron en dos ocasiones y sus inicios en el mundo del modelaje, sus incursiones en bares de striptease y su llegada al cine pornográfico.

Aunque el libro tiene algunas escenas breves de sexo explícito que podrían escandalizar a algunas personas, en realidad el relato es más confesional que pornográfico. En las páginas de su autobiografía, Jenna Jameson revela sus sueños, sus fracasos, sus adicciones, pero sobre todo la concepción de su feminidad y cómo la utilizó de la mejor manera que pudo para adaptarse en un mundo que consume a mujeres como ella.

En el libro se advierte que Jenna Jameson no logró escapar del sistema y que sólo elevó su jerarquía social y económica, pues luego de ser una diva del cine porno se convirtió en productora de películas pornográficas.

Contra todo lo que pudiera pensarse, en el libro Cómo Hacer el Amor Igual que una Estrella del Porno, Jenna Jameson nos dice que lo que ella buscaba en esta vida era el amor, pero su voluntad y las circunstancias la condujeron a los sets del porno norteamericano y de ahí dio el salto a las pantallas de todo el mundo.

Cuando llega el momento de contar sus intimidades, Jenna Jameson no se calla nada y llama a las cosas por su nombre. Cuando ella era una niña su madre murió. Su padre era un individuo hermético, ausente, y durante la adolescencia de ella su única compañía fue su hermano, un sujeto inteligente que desde joven se metió en toda clase de problemas.

En su segundo año de secundaria, cuatro jóvenes la violaron, la golpearon y la dejaron tirada en un camino alejado, en Montana. Años después, cuando ella tenía 16 años, la violó el tío de su novio, un sujeto patibulario al que ella llama El Predicador. Ella se lo dijo a su novio, pero él no fue capaz de denunciarlo y menos de enfrentarlo.

Jenna Jameson reconoce que sabe todo lo habido y por haber del sexo, con excepción de maltratos y crueldades. En cada capítulo suelta aquí y allá sugerencias para mejorar el desempeño sexual, las cuales van dirigidas a hombres y mujeres. Todo el conocimiento que obtuvo de sus experiencias sexuales lo revela sin andarse por las ramas.

A lo largo del libro aparecen luminarias del cine oficial y del pornográfico, y varios personajes que en su momento fueron estrellas de rock. También aparecen los infaltables reyes del porno, hombres a los que uno creería felices y colmados de satisfacción, y a los que Jenna Jameson rebaja a la simple categoría de obreros del sexo, mal pagados, y con problemas existenciales idénticos o peores que los que enfrenta el ciudadano común.

En su autobiografía, Jenna Jameson se muestra como una persona que obtuvo lo que quiso y no se justifica ni siente en ningún momento que las circunstancias la hayan llevado por el camino de las cintas pornográficas. Al contrario, para Jenna Jameson, hacer cine pornográfico fue una vocación, como para otras personas es estudiar periodismo o ser médico.

En el libro se intercalan los diálogos que sostuvieron durante varias reuniones Jenna Jameson, su padre y su hermano. En algunas páginas aparecen hojas de su diario infantil y de adolescencia, en los cuales se refleja la soledad que vivió y los sueños que la animaron a enfrentar el mundo en el que se movió durante sus siguientes años.

Es posible que a la larga esta autobiografía resulte más valiosa que las cintas de Jenna Jameson, porque una vez que cualquiera conoce su desnudez física y sus acrobacias sexuales, tiene la oportunidad de apreciar también su composición interior, sus flaquezas, sus miserias y sus fortalezas.

Las cintas pornográficas que protagonizó Jenna Jameson pasarán, serán olvidadas o relegadas, pero sus confesiones personales quedarán en su libro y, aunque quizá a nadie de los consumidores de cine XXX le interesarán, gravitarán durante más tiempo.