Juan Norberto Lerma
El Rey y el Pastor es un cuento tradicional serbio en el que se concentra la magia y el folclor de esos pueblos eslavos marginados, cerrados, que decidieron mantenerse en segundo plano para mirar como el resto del mundo se sumerge en la felicidad que ofrece la publicidad y las marcas comerciales.
En el cuento se relata una historia maravillosa que transcurre en un par de escenarios de la campiña y una más en el salón del palacio del rey. Los personajes pertenecen a un tiempo mítico en el que se palpa la magia en las calles de la ciudad y sobre todo en la naturaleza. Durante el desarrollo del relato se transmite la concepción del mundo que tiene el pueblo serbio y se crea una atmosfera de hechizo, porque uno mira y escucha en la pantalla de la imaginación las acciones y diálogos que se nos presentan.
Esta historia tradicional serbia, no solamente atrapa la atención de lectores de otras latitudes, sino que además muestra sin dobleces los valores morales y éticos de esa comunidad. En realidad, este cuento serbio, como otras muchas historias, reflejan no sólo el color local, sino que plasman lo mejor de la humanidad.
Escrito con un lenguaje directo y concreto, no se entretiene en las descripciones y ni siquiera nos dice cómo son los protagonistas. Los personajes son el rey, una princesa hermosa como un milagro, un hombre rico, y un pastor.
La historia nos cuenta que el rey tenía una hija hermosa y que sólo por conocerla los reyes, príncipes y zares iban desde tierras remotas a conocerla y que en cuanto la veían querían casarse con ella. El rey, que presumía de ser más inteligente que los demás, prometió que sólo permitiría que ella se casara con un sujeto que fuera tan astuto como para poderlo engañar.
Un hombre rico escuchó la historia y decidió probar suerte. El hombre dejó sus tierras y se marchó hacia el palacio del rey. En el camino, llega a una posada. El dueño de la casa ordena que maten un cerdo y que lo preparen para que el viajero disfrute de una buena comida. El dueño agrega que la cabeza del cerdo la aparte para que se la lleve el pastor.
A la mañana siguiente, el hombre rico reanuda su camino y se encuentra con el pastor. Durante la conversación el hombre rico le dice que estuvo en la casa del hombre con el que trabaja el pastor, y él le responde que estuvo bien. Le cuenta que el dueño de la casa ordenó que la cabeza del cerdo la dejaran para el pastor. El pastor le responde que la cabeza es para la cabeza. El hombre rico le dice que una perra se comió la cabeza que los carniceros dejaron en el almacén. El pastor responde que entonces la cabeza era para la perra. El hombre le dice que luego apareció el padre del pastor y que mató a la perra y la tiró en el basurero. El pastor le dice que echaron a la perra al basurero porque ella siempre vivió ahí.
Al hombre rico le llama la atención que el pastor siempre tenga respuesta para todo y aunque él es un hombre inteligente, le parece que si lleva al pastor al palacio del rey, es posible que ese hombre logre engañar al rey y conseguir a la princesa y que luego se la entregue.
El hombre rico le dice al pastor quién es y a lo que va al palacio. Le propone que se enfrente al rey y lo engañe y que cuando el rey le conceda casarse con su hija, se la entregue y le promete que él le pagará una fortuna. El pastor acepta el trato y juntos se dirigen al palacio.
Cuando el rey ve que al hombre rico lo acompaña un campesino con ropas pobres, le pregunta qué es lo que quiere ese hombre de vestidos rústicos. El hombre rico va a responder, pero el pastor se adelanta y le dice que aunque su vestimenta es pobre, tiene más riqueza que los hombres que visten ropas lujosas. Al rey lo asombra la respuesta y comienza a interrogarlo. El pastor responde a todas las preguntas del rey y lo confunde con las respuestas que le da. El rey y el pastor se enfrentan en un duelo verbal y quienes están escuchándolos se quedan asombrados de las respuestas que los dos dan.
Este cuento es una especie de parábola que enfatiza que no siempre la inteligencia y la astucia están del lado del hombre más rico, sino del que es más ingenioso, aunque provenga de una clase social baja. El rey es un hombre poderoso y sarcástico, y el pastor no tiene ningún reparo para enfrentarse a él, porque confía en su rapidez mental y astucia para derrotarlo.
En el rey y el pastor los diálogos son parcos y directos, no dejan espacio para mayores descripciones ni se alargan innecesariamente. El cuento contiene todos los elementos del cuento clásico y estaba destinado a contarse en alguna reunión o para ejemplificar alguna circunstancia que se quisiera poner de relieve.
Este cuento pertenece a una recopilación que comenzó a realizar el filólogo Vuk Stefanovic Karadzic en 1825. El estudioso de los textos declaró que esos cuentos serían considerados valiosos durante muchos años. Este cuento apareció en un artículo que publicó el periódico La Jornada en marzo de 2008.
