Juan Norberto Lerma
Es posible que Dios no haya expulsado al hombre del Paraíso en un acceso de cólera. Tal vez Dios sólo le abrió la puerta para que el hombre conociera cuanto lo rodea, y aprecie y ejercite las potencias que habitan en su interior.
Sin embargo, el hombre recuerda con dolor y enojo el paraíso perdido, incluso, para no olvidarlo jamás, en cuanto pudo, escribió su desgracia en piedras, en papiros, y guardó para siempre esa experiencia en su memoria como un suceso que lo ofendió y lo humilló.
En su momento, cada uno de los hombres recuerda con dolor y enojo su salida del Paraíso y maldice a Dios
Algunas religiones primitivas predican que al Dios verdadero no le importa que el hombre lo maldiga, porque disfruta que su creación vaya por la Tierra tropezando aquí, durmiendo allá, y que elija libremente su forma de diluirse y volver a él.