Es claro que desde que llegó a la Casa Blanca Trump ha dejado de lado el tema ambiental, calificando incluso de ingenuas las posturas sobre el cambio climático en el mundo.
Una de las primeras acciones del actual presidente fue rechazar los acuerdos de la COP 21 de París, con lo que formalizó la salida de nuestro vecino del norte de toda actividad pro ambiente en el mundo, un hecho por demás lamentable, dado que Estados Unidos nunca había firmado un acuerdo ambiental y esta acción implicó regresar a ese pasado que condenaba a gran parte del mundo a relegar el cuidado ambiental.
La plataforma de Trump tal parece que no ha cambiado. Sigue enfundando sus propuestas en mantener bajas regulaciones ambientales en sectores claves para los estadounidenses, como el gas, la energía eléctrica y el petróleo.
Este año, Trump se ha encargado de hacer a un lado una de las leyes más importantes en materia de conservación, al prometer acelerar los proyectos de construcción, limitando las revisiones ambientales legalmente obligatorias de autopistas, oleoductos y centrales eléctricas.
Biden, por su parte, muestra una visión totalmente opuesta y progresiva para el medio ambiente mundial, y decimos mundial, por el grado de consumo de energía que tiene el vecino del norte.
La idea principal del candidato demócrata es lograr un gasto de 2 billones de dólares para regenerar la industria norteamericana basada en energías renovables y limpias.
El plan de Biden está enfocado en un regreso de Estados Unidos a la COP 21, lo que todos en el mundo aplaudirían; se trataría de generar un camino irreversible de las empresas norteamericanas hacia la eliminación de emisiones de carbono; se buscaría generar empleos basados en la producción y comercialización de tecnologías limpias, lo que suena muy bien, como motor económico, y plantea para el año 2035 tener un sector energético libre de emisiones de carbono.
Para los observadores mundiales, el tema ambiental es clave para las elecciones que se avecinan. Por un lado, Trump gana adeptos entre la clase trabajadora y las minorías rurales por sus políticas relajadas ante el medio ambiente, y por otro lado, Biden representa a las personas con más alta educación, así como a las mujeres que son las más expuestas a problemas generados por el cambio climático como los incendios.
En unos días sabremos de estas elecciones y veremos qué visión espera al mundo en términos ambientales.
Cierto que no podemos influir en la elección del país vecino, pero cierto también que el mundo cada vez tiene menos tiempo para revertir los efectos del cambio climático, a pesar de lo que piense Trump, y cuatro años pueden ser clave para pensar en un camino de energías limpias en todo el mundo.
Por el bien de los que tenemos conciencia ambiental, sin duda, el proyecto de Biden es alentador, incluso para poner orden en países que hoy están regresando al uso de hidrocarburos para generar energía, desdeñando a las llamadas energías limpias.
Recordemos que el cambio climático es una realidad y nosotros estamos acelerando su tiempo, impactando negativamente el medio ambiente mundial.
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Twitter @RicardoChavero
Secretario General del Partido Verde en Puebla Capital