No obstante esta tendencia económica, se sabe que las grandes concentraciones de personas son el peor enemigo del medio ambiente. Las hoy llamadas metrópolis se caracterizan por ser lugares que han sobrepasado sus límites territoriales y han sumado una gran cantidad de personas al sistema económico que representan.
Esta tendencia es referencia también de los más grandes problemas que vivimos, en términos ambientales, al generar altas tasas de contaminación en aire, agua y suelo.
Por mencionar, los gases de efecto invernadero que se emiten de los automotores son una de las principales causas del calentamiento global y por tanto del cambio climático, cuyos efectos, generalmente, no los viven estas grandes ciudades.
Desde hace mucho, el pronunciamiento de todos los estudiosos del tema ha sido a favor de fortalecer el comercio local y disminuir la escala de los asentamientos humanos, cuestiones que están en contra de la globalización.
Y si bien, hasta hoy, el medio ambiente no ha logrado este cambio mencionado en la escala de las ciudades, quizá los problemas generados por la pandemia que vivimos sean el medio para, finalmente, iniciar en México el camino hacia el fortalecimiento de lo local, un camino nuevo.
La pandemia por COVID-19 ha frenado el aparato productivo mundial, dejando a un gran número de personas en situaciones precarias, por la pérdida de empleos, que estaban anclados a este aparato, además de poner en riesgo a millones de personas, por la concentración poblacional.
Este hecho nos hace pensar que quizá sea el momento de pensar en fortalecer las economías locales para reactivar a todos los pequeños municipios que, sin duda, ante el panorama de crisis post pandemia, verán muchos de sus recursos disminuidos.
Ir hacía este camino nuevo puede impactar de manera positiva en dos aspectos: en primer lugar, generaría fuentes de empleo para las personas de estas pequeñas localidades.
Y podría evitar que las personas salgan a buscar empleo, ante la situación que se aproxima, en las ciudades.
Un plan bien diseñado para reactivar la economía de una localidad, a través de productos generados por pequeños productores locales, puede satisfacer parte de la demanda de estas localidades y puede apoyar que las personas mantengan un sustento de vida digno.
Cooperativas, tiendas locales, trabajadores locales y demás, deben ser los primeros en buscar satisfacer la demanda local, así los faltantes pudieran ser provistos de la forma en que se viene haciendo con bienes externos.
Pero asegurar una demanda mínima que garantice el funcionamiento de los mercados locales que, pueden incentivar a los mercados regionales posteriormente, generando así cadenas de valor local.
Durante años, México ha seguido la tendencia mundial de crecimiento, dejando de lado sus localidades, que no son un número menor, más de 200,000 actualmente.
Esta pandemia que hoy vivimos dejará sin posibilidades a muchas para subsistir; quizá sea momento de ver hacia lo local e iniciar un camino nuevo en lo productivo con visión de pequeña escala y bajo impacto ambiental. Es tiempo de un camino nuevo.
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Twitter @RicardoChavero
Secretario General del Partido Verde en Puebla Capital