La idea del medio ambiente en la esfera política es reciente, si consideramos que en la sociedad moderna tiene poco más de 200 años, acorde al surgimiento del modo de producción masiva.
Hace apenas 60 años, el hombre pisaba la Luna y se daba cuenta de que el planeta Tierra era finito, lo que marcaría la aparición de escritos e ideas que dieron forma a “Los límites del crecimiento” (1972), que fueron el primer intento de mostrar el impacto de las actividades humanas en el medio ambiente y advertían de las consecuencias a futuro, de no actuar.
A pesar de que fueron tachadas de locas y absurdas las ideas expuestas en el texto, los científicos y políticos que conformaron el Club de Roma continuaron su labor y dieron pie a un movimiento que a nivel mundial se posiciona en la política internacional, en la década de los 90.
A través de la llamada Cumbre de Río (1992), que es uno de los intentos más conocidos por parte de la mayoría de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por generar acciones a favor de disminuir el impacto de las actividades humanas en el medio ambiente, se ha ejercido presión, de tal forma, que la conciencia del medio ambiente ha llevado a un cambio generacional en la política.
Como ejemplo de estos esfuerzos, están también las banderas ambientales, como la protección de la capa de ozono, la información y preocupación sobre los niveles de contaminación del aire y del agua, la alerta sobre la devastación de bosques y su impacto en la agricultura, por ejemplos.
Esto ha inclinado también la balanza de los electores hacía las propuestas de los llamados partidos verdes.
Europa es el epicentro de este movimiento y se ha logrado consolidar en economías de gran envergadura, como en Alemania, Finlandia, Dinamarca y Francia, por mencionar algunas.
Este posicionamiento social con los partidos verdes es entendible, ya que se ha observado que la única forma de asegurar políticas reales pro ambiente, se puede dar desde un movimiento con raíces ambientalistas y no con un partido que solo promulgue ideas en ese sentido.
En América, el posicionamiento de los verdes ha sido de ida y vuelta. Países como Colombia y México son pioneros en el surgimiento de partidos políticos fincados en la protección al ambiente.
Sin embargo, queda trabajo por delante, para ser la fuerza que la sociedad requiere para impulsar una política ambiental vinculada al desarrollo social.
Si las tendencias del desarrollo social no fallan, en América Latina la prioridad en algún momento deberá ser apoyar iniciativas que sobrepongan el desarrollo ambiental al desarrollo económico.
Y es ahí donde quienes estamos representando en la esfera de lo público al medio natural, tenemos la posibilidad de generar políticas que impulsen un equilibrio entre economía, medio y sociedad, que permita consolidar los ideales del desarrollo sostenible en nuestros países.
Hoy la ola verde es una realidad mundial.
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Twitter @RicardoChavero
Secretario General del Partido Verde en Puebla Capital