Todos hemos escuchado historias acerca de que las próximas disputas mundiales serán por este recurso y quizá una medida como ésta no sea la peor opción, ya que quienes han estado inmersos en el tema de la preservación de los recursos, siempre han abogado por darles un precio justo por su explotación.
Incluso, se ha dicho que un sistema de precios real a los recursos naturales sería un incentivo negativo para el sistema de producción actual e implicaría un cambio en el mismo, por lo que nadie quiere hacer la primera propuesta.
Para quienes defienden la creación de este nuevo índice, esta medida puede significar el ser eficiente en términos industriales en el uso de este bien, ya que lo que se intercambia en estos mercados no es el agua como tal, sino los contratos futuros de los derechos de uso y aprovechamiento de este bien.
Antes de la aparición de este índice, las transacciones informales permitían que se pudiera ser ineficiente, al asignar precios de manera personal. Sin embargo, con una regulación pública exigente se puede evitar la especulación sobre el precio y así hacer eficiente el uso del recurso.
Quienes ven mal esta medida, señalan que la regulación del precio del agua puede provocar un desabasto para los seres humanos, ya que la especulación puede estar presente y afectar el precio en contra de los mismos sistemas ambientales que dependen del bien.
La lógica del mercado no reconoce el verdadero valor del agua, ya que no internaliza su función en los sistemas ambientales, por eso es eficiente asignarle un valor en un mercado que no conoce sus funciones.
Creemos que ambas visiones pueden mostrar verdades, pero lo real es que por el momento esta medida sólo aplica para cuencas hidrográficas de California, así que el resto del mundo no tiene que hacer uso de este sistema, aunque pudieran tomarlo como ejemplo, si en realidad logra la eficiencia en el uso industrial y productivo del agua.
Es cierto que en el mundo existe una tendencia hacia la escasez del bien, en especial por toda la contaminación que la actividad humana ha dejado incluso en el subsuelo, lo que parecería imposible. Por ello, es de gran importancia que se puedan fijar costos para las industrias que tienen altos consumos de este recurso y, en especial, en localidades donde se reporta escasez.
Creemos también que sería muy arriesgado pensar, en estos momentos, en replicar en nuestro país un sistema similar a este índice, ya que nuestra política nunca ha puesto restricciones al consumo y no se ha establecido un sistema de control del precio sobre este bien.
Esto no significa que, en algún momento, no tengamos que tomar alguna medida sobre el consumo del bien, ya que la escasez y el desabasto están presentes en cada vez más zonas de alta concentración poblacional, donde se han eliminado las condiciones naturales para la recarga de acuíferos.
El agua es un derecho humano y por sobre todas las cosas debemos asegurar que ese precepto se cumpla en todo el mundo.
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Twitter @RicardoChavero
Secretario General del Partido Verde en Puebla Capital
