Álvaro Ramírez Velasco
Un actor está hecho de los personajes que interpreta; su carrera se cimenta en ellos, de eso depende ésta y su historia.
Ignacio López Tarso tiene la satisfacción de que sus cimientos se han forjado con personajes inolvidables, grandes, de la historia universal, de ahí que sea reverenciado por el público y sus compañeros, como un gran primer actor, ya patrimonio de la historia teatral, del cine y de la televisión de México.
De esto y muchas otras cosas, el primer actor, quien falleció este 11 de marzo de 2023, habló en una entrevista generosa y pausada, que ofreció a este reportero en el camerino del Teatro Principal, en noviembre de 2011.
Aquí en texto original de la entrevista:
El maestro, nacido el 15 de enero de 1925, quien ha sido formador de generaciones, también ha vivido ya cientos de vidas, miles, en carne propia y a través de sus interpretaciones.
Aquel jovencito, casi un niño, que estudió en seminarios del Estado de México y en el entonces Distrito Federal; el joven que tuvo instrucción militar, hasta llegar al grado de sargento primero; el agente de ventas; el bracero en los campos de uva y naranja de California, en Estados Unidos; el ex diputado federal en la primera mitad del sexenio de Carlos Salinas de Gortari; el gran actor mira en retrospectiva los pasos andados y se reconoce orgulloso de haber ido "de personaje en personaje", en las tablas del teatro, ante las cámaras de televisión y cine, siempre interpretando a los grandes:
“Igual que en el teatro, igual que en la vida personal, son periodos. He ido de personajes en personajes, muy interesantes todos, todos muy grandes, no sólo de Shakespeare, sino también los griegos, los clásicos españoles, son grandes personajes en mi vida teatral”.
La Tempestad
En el camerino estelar del Teatro Principal, en donde se prepara para salir a escena, don Ignacio López Tarso es paciente con las preguntas, pero sin detenerse mucho en ellas, lleva la conversación a su terreno, a su sabiduría y a su experiencia.
Tras bambalinas, el ir y venir del elenco de lujo que conforma La Tempestad, va y viene, mientras se realiza la entrevista con don Ignacio.
Entre piernas, caminando con desenfado entre los técnicos que afinan detalles, con cafés en la mano, deteniéndose a platicar, se ve igual a Rafael Inclán, Felio Eliel, Luis Couturier, entre otros muchos quienes, incluso sin camerino, disfrutan los momentos previos a la tercera llamada. Son profesionales que ya no se marean por pararse en un ladrillo.
La Tempestad, original de William Shakespeare, considerada parte de su etapa romántica tardía, fue la obra que inauguró el Festival Internacional de Teatro “Héctor Azar” que se desarrolla en Puebla.
Los dramaturgos mexicanos
Con una sencillez de sobra, que sólo tienen los consagrados, López Tarso, aseguró que los personajes que le ha tocado interpretar son como los hijos, no hay un favorito.
Sin embargo, apunta que “sí hay unos predilectos dentro los de cine, de televisión, de teatro. En teatro generalmente hago lo que me gusta mucho, los griegos, Shakespeare, los clásicos españoles, y los modernos que me gustan mucho”.
“Hay muy buenos autores mexicanos, muy buenos dramaturgos mexicanos que hay que hacer y a veces no tengo tiempo de volver al teatro mexicano...”, lamenta.
Ignacio López Tarso, ya a unos minutos de salir a escena, hace un recuento breve de sus personajes “predilectos”, aunque no “favoritos”:
“El Rey Lear, por ejemplo, de Shakespeare; Edipo Rey, Cyrano de Bergerac, son personajes magníficos. El Tomás Moro, de Un hombre contra el Tiempo... Las Brujas de Salem, Prueba de Fuego, grandes personajes de Arthur Miller... esos son los personajes inolvidables, son los que hacen los cimientos de una carrera actoral, como la mía... ahí está cimentada mi carrera.
“El actor es según los personajes que interpreta, también, depende mucho en qué basas tus antecedentes, tu historia. Mi historia está basada en grandes personajes de la historia universal”, dijo el primer actor.
