Las dijo el gobernador Alejandro Armenta ante la comunidad universitaria que este domingo se sumó a la faena número 12 en las inmediaciones de CU2, en San Pedro Zacachimalpa. Ante la rectora Lilia Cedillo, el mandatario fue enfático en la defensa de la autonomía universitaria, luego del paro de 35 días que se registró en la máxima casa de estudios del estado, el cual, en vez de poner en riesgo a la institución, la fortaleció y unió a todos los involucrados, y exhibió a los oportunistas que quisieron montarse en una problemática para sacar réditos políticos y económicos. Of course. Mostró a los aviesos, tanto en el interior de la universidad, como en los medios y en las organizaciones, que quisieron aprovecharse para desestabilizar no sólo a la BUAP, sino al estado de Puebla. Y eso lo vio a la perfección Alejandro Armenta. Sabía que si esos personajes, ahora impresentables y escondidos, tenían un poquito de ruido, se hubieran empoderado y las consecuencias hubiesen sido peligrosas. Por ello, las palabras del gobernador. Nada de pasarse de listos.
Es cuanto.
Puebla, sucursal del infierno
El título hace alusión al sofocante calor que hemos vivido desde la semana pasada, lo que ha dejado temperaturas cercanas a los 30 grados, sin prácticamente una nube perdida que dé tantita sombra, y el aire que ha hecho incrementa la sensación de hervor que provoca que sea mayor. Es decir, que el viento está, literalmente, caliente. Lo bueno es que el Frente Frío 37, que en el norte del país provocará heladas (sí, a estas alturas del año), en el centro del territorio nacional generará que el termómetro se apiade de nosotros, por lo que los especialistas esperan que baje el calor, en las zonas montañosas haya desde 0° hasta 5° grados Celsius y conforme avance, habría algunas lluvias que refrescarán el infierno capitalino. Ojalá, porque las y los bombones nos derretimos.
Es cuanto.