El rastro de Izúcar de Matamoros fue cerrado con llave la mañana de este lunes, con lo que se impidieron sus actividades normales en protesta por los adeudos que la administración de la alcaldesa Irene Olea Torres, tiene con trabajadores municipales.
Lo anterior también afectó a decenas de municipios de la región que ocupan sus servicios.
Empleados del rastro denunciaron que, al llegar a las instalaciones, encontraron todo cerrado, incluso con un palo que bloqueaba una puerta corrediza para evitar el acceso.
El velador que quedó a cargo fue el único que pudo abrir la puerta principal para permitir una revisión de entrada.
Los tablajeros expresaron su preocupación por el bienestar de los animales en las corraletas. Se observó que los porcinos, que debían ser sacrificados según la demanda de los introductores, habían estado allí desde el jueves anterior sin recibir alimento.
