• 23 de Abril del 2024

Paloma cruza el mundo y viola la ley

Atraviesa ave el océano de Estados Unidos a Australia para ser sacrificada por representar amenaza

Una paloma mensajera, que sobrevivió a una travesía de 13 mil kilómetros por el océano Pacífico, aguarda este jueves el dictamen de las autoridades de Australia, quienes deliberan sacrificar al animal por considerarlo una "amenaza" frente a la pandemia de coronavirus.
La paloma fue hallada el 26 de diciembre en el patio trasero de un ciudadano de Melbourne llamado Kevin Celli-Bird, exhausta y con un aspecto lamentable, pero no se dejó inspeccionar con facilidad. Solo después de beber agua, darse un baño en la fuente del patio y que Celli-Bird le diera galletas, la paloma accedió a quedarse cerca del australiano, quien le puso “Joe” en honor al presidente electo de Estados Unidos.
"Joe" escapó de Estados Unidos el pasado 29 de octubre, luego de haber formado parte de una carrera de palomas originada en el estado de Oregón. Sobrevoló alrededor de 8 mil millas a bordo de un buque carguero hasta llegar a Australia.
La paloma visitó reiteradas veces el domicilio del ciudadano australiano quien, en de sus apariciones, evidenció que el ave poseía una banda azul en su pierna y, en consecuencia, infirió que tenía dueño.
Al informar sobre su encuentro, el Servicio de Inspección y Cuarentena del país oceánico le pidió capturar al ave.
"Dicen que puede ser de Estados Unidos. Están preocupados por la transmisión de enfermedades de las aves", detalló Celli-Bird. A su vez, reconoció que el organismo de control no descartó la posibilidad de contratar un cazador de aves profesional, en caso de que la situación salga de control.
La asociación American Pigeon Union, con sede en Oklahoma, confirmó que "Joe" está a nombre de un propietario en Montgomery, Alabama. El Departamento de Agricultura, responsable de la bioseguridad del país, remarcó que a la paloma “no se le permitió permanecer en Australia” y que “podría comprometer la seguridad alimentaria de Australia y nuestras poblaciones de aves silvestres”.
“Representa un riesgo de bioseguridad directo para las aves australianas y nuestra industria avícola”, concluyó la institución a través de un comunicado.