• 24 de Abril del 2024

La violencia psicológica en el enamoramiento

Lover / sasint/Pixabay

 

Crecer en una sociedad abusiva que no cuestiona el maltrato, peor, no lo condena, hace con que las personas jóvenes asimilen con normalidad aquello que es totalmente reprochable

 

Márcia Batista Ramos

Nacer y crecer en una sociedad violenta, que permite los pequeños abusos diarios, cuando son en contra de la mujer, ya que el machismo, está tan profundamente arraigado, hace que las personas, desde la juventud, no distingan claramente, los procesos de violencia a que son sometidas, tampoco, les permite distinguir los comportamientos violentos que infringen al otro.

Tanto es así, que si preguntamos a un joven si él es violento con su pareja, normalmente, la respuesta inmediata y sincera, es “no”, pero, si preguntamos si él  la amenazó alguna vez o si la hizo algún pequeño chantaje para salirse con la suya, la respuesta será “si”; esto ocurre porque el individuo, muchas veces, no tiene conciencia de que el comportamiento que expresa con su pareja es equivocado, sencillamente, porque siempre observó que los adultos de su entorno hacían control de la imagen de su pareja, comparaciones descalificadoras, burlas, o daban un trato de indiferente a su pareja, etc.. Entonces, muchos jóvenes asimilaron tales comportamientos como normales, ya que no tuvieron oportunidad de cuestionar tales actitudes.

Crecer en una sociedad abusiva que no cuestiona el maltrato, peor, no lo condena, hace con que las personas jóvenes asimilen con normalidad aquello que es totalmente reprochable y causa daño al otro, en el caso, a la otra; porque en el marco de las relaciones desiguales, las mujeres siempre llevan la peor parte.

La violencia psicológica en la pareja es toda forma de abuso psíquico, que tiene lugar en la relación de dos personas que se vinculan afectivamente, como enamorados, por ejemplo. Son comportamientos que se convierten en agresiones y daños, de los cuales el agresor puede o no tener conciencia de la magnitud de sus actos, pero la víctima tiene conciencia del sufrimiento que padece y debe alejarse del agresor.

La violencia psicológica, comienza como comportamientos aislados y esporádicos, incrementando la frecuencia y la intensidad de la misma. Muchos hombres, ejercen control sobre la imagen de su pareja de diferentes maneras, como en forma de burla, humillación, amenaza y denigración de manera reiterada y constante, afectando la autoestima de quien la sufre. Otros machos violentos, acostumbran a hacer comparaciones descalificadoras, haciendo que su pareja se creas menos Inteligente, bonita, creativa, que cualquier otra persona; asimismo, afirmando que su actuar no es suficiente, haciendo pensar que la persona no tiene valor alguno. Otra forma de violencia psicológica en la relación de enamoramiento, es la burla que tiende a descalificar a la mujer, sea en la intimidad o frente a otros.

Estas son algunas señales de alerta, muy importantes, que deben de ser tomados en cuenta para terminar un enamoramiento, porque, con el tiempo y el aumento de la confianza,  cosa normal, en un relacionamiento amoroso, la tendencia es que se intensifique el mal trato psicológico, haciendo con que la víctima tenga síntomas como: la pérdida del autoestima e independencia, estrés, terror, sentimiento de soledad e aislamiento y que en muchas ocasiones se trasladan a ámbito físico, pues las personas que sufren violencia psicológica tienden a somatizar, eso es, empiece a padecer de síntomas físicos a causa de los problemas psicológicos.

La violencia psicológica genera miedos e inseguridades, el hombre violento, normalmente también es manipulador y usualmente, hace creer que es la imaginación de la víctima o que es exageración, asimismo, insiste que eso le pasa porque ella es extremadamente sensible; como si fuera poco, el hombre que ejerce violencia psicológica, se hace ver ante familiares y amigos como una persona de buenos modales, inteligente y amable, lo cual hace más difícil para la víctima buscar ayuda.

Es necesario que las mujeres tengan mucha atención a sus relaciones de pareja y no permitan humillaciones, insultos, aislamientos, amenazas de abandono, encierros, celos y control excesivo, entre otros malos tratos. En caso de percibir que son víctimas de violencia psicológica deben terminar la relación y si no se sienten aptas para alejarse del hombre violento, hay que tener el valor de pedir ayuda.

 

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Márcia Batista Ramos, nació en Brasil, en el Estado de Rio Grande do Sul en mayo de 1964. Es licenciada en Filosofía por la Universidade Federal de Santa María (UFSM)- RS, Brasil. Radica en Bolivia, en la ciudad de Oruro. Es gestora cultural, escritora y crítica literaria. Editora en Conexión Norte Sur Magazzín Internacional, España. Columnista en la Revista Inmediaciones, La Paz, Bolivia y Columnista del Periódico Binacional Exilio, Puebla, México, Mandeinleon Magazine, España, Archivo.e-consulta.com, México, Revista Barbante, Brasil, El Mono Gramático, Uruguay. Además, es colaboradora ocasional en revistas culturales en catorce países (Rumania, Bolivia, México, Colombia, Honduras. Argentina, El Salvador, España, Chile, Brasil, Perú, Costa Rica, USA, China, Nepal, Uzbekistán, Paquistán, Arabia Saudita). Publicó: Mi Ángel y Yo (Cuento, 2009); La Muñeca Dolly (Novela, 2010); Consideraciones sobre la vida y los cuernos (Ensayo, 2010); Patty Barrón De Flores: La Mujer Chuquisaqueña Progresista Del Siglo XX (Esbozo Biográfico, 2011); Tengo Prisa Por Vivir (Novela Juvenil, 2011 y 2020); Escala de Grises – Primer Movimiento (Crónicas, 2015); Dueto (Drama, 2020); Rostros del Maltrato en Nuestra Sociedad –Violencia Contra la Mujer. (Ensayo, 2020); Universo Instantáneo (Microficción, 2020).