INMUNIDAD
Un día se marchó...Se llevó mi vida sin que lo supiera,
no se dio cuenta
que su imagen sepia
era la estampa
que me convertía en devoto...
Se llevó todo,
hasta los sueños hurtó...
Desapareció de mis pasos,
de las veredas,
de las calles,
de los insomnios
y de las madrugadas frías...
No hay rastro de ella,
solo recuerdos aquí y allá:
su mirada de tristeza,
su aroma de frescura
y la perversión de su sonrisa...
Sus huellas no se advierten,
pero duelen;
la memoria en esta antítesis
es una rebelde
que ataca sin piedad,
fulmina con sus gritos,
ensordece el silencio,
clava sin piedad mis venas
y rasga con locura trepidante,
uno a uno,
los deseos furtivos del amanecer y de los míos...
Me duele su ausencia,
me inunda una lágrima fugaz
cada vez
que aparece la lluvia desnuda de tu piel
y de vez en cuando la noche...
Que ya no esté es un flagelo,
me quema,
lacera mi instinto,
urde el pecado
cuando de mi guardarropa
asoma esa diminuta prenda
color verdelimón
que olvidó adrede
para chingarme la vida...
Un día se marchó,
se llevó consigo mis sudores,
mis traumas,
mis miedos y mentiras;
me robó la paz innecesaria,
la certeza inmutable del tiempo,
se fue con mi adeene vital hecho flor y primavera,
ella se fugó con mi pecho abierto,
abierto a los cuchillos
y a los dardos de la amnesia...
Un día, quizá,
podré despertar
inmune al recuerdo y sus destrozos...
BEATO
Si yo fuera perfecto a lo mejor estaría en el altar de una iglesia o mi rostro andaría por ahí en estampas diminutas haciendo milagros...Solo soy un maldito arrepentido de lo que no pudo ser en medio de una mentira, el odio y el deseo a tu piel de toronja...
UN GRAN AMOR
Vete...Haz la maleta,
llévate tus recuerdos,
tu piel
y mis sudores a repartirlos por allí,
sin rencores ni resentimientos,
sin escrúpulos;
envuelve en tu sábana la noche y la lujuria;
solo di adiós...
Y si un día pretendes regresar, entra, la ducha te espera...
OBESA
Tú lo sabes, amor...
Te amé sin reservas,
nuestro amor no estuvo sujeto a magnitudes ni medidas
ni a libras de más...
Te amé con la locura
de cuando la liposucción soñaba con tu vientre,
y las estrías invadían por amor tu piel ensatanada...
Te amé. Estuve ahí,
amando los "gorditos" de tu espalda
y los "tush" de tu cintura...
Siempre conversé con tu panza,
y deseé a rabiar tus chaparreras
como un convencido de que no se trataba de grasa,
si no de amor, digo yo...
Amaba tu "leggin"
por parecer un tirano
al reprimir celulitis por doquier;
también lo amé,
porque después de todo, amor,
exponía bestialmente tus encantos...
DELIRÁNDOTE
Tu figura esplendorosa de diva endiosada
eclipsó mis sentidos y mis ojos de loco pervertido;
tu piel blancanieve encendió esa antorcha
de deseos desquiciados
y prendió en llamas la posibilidad de soñarte...
Yo mientras tanto,
le robo humo a mi cigarro inventando palabras
bebo mi ron despacio…
Y te sueño.
COMPLEJO
Tu faja milagrosa y santa
metaboliza a regañadientes
tu trauma de grasa vanidosa,
apretuja asfixiante tu piel
y tus calorías de más,
moldea obligada,
pegada a tu cintura,
tu figura de diva angelical,
tu figura perfecta que a diario sucumbe despierta y desnuda frente al espejo...
Odio tu faja porque te defiende con presión de mis yemas y victima inmisericorde el abrazo que suaviza tu complejo...
LOCURA
No es tu piel de naranja
o celulitis ni estrías,
son tus chaparreras
las que me vuelven loco...
Tony Peña*
Poeta y profesor de la Universidad de El Salvador.