• 25 de Abril del 2024

Puebla ecléctica

Gobierno del estado

Por primera vez en la historia, en contraste con los tiempos de la rapacería morenovallista y de la larga hegemonía del priato octogenario en el poder, Puebla hoy tiene una configuración de autoridades electas plural. Nadie ganó lo suficiente, ni en el Congreso ni en los ayuntamientos, como para pretender aplastar al adversario.

 

Es un estado políticamente ecléctico. Afortunadamente diverso, en el que los políticos deberán estar dispuestos a dialogar para llegar a acuerdos.

El gobernador Miguel Barbosa Huerta ha puesto el ejemplo.

Aunque las plumas cargadas de hiel en la tinta no lo quieran reconocer, el mandatario poblano tiene, como político, la cualidad de haberse forjado en la oposición y en la búsqueda de los consensos.

En una oposición que siempre buscó construir, principalmente, desde posiciones legislativas.

Como muchos que hoy están en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Barbosa Huerta estuvo en el Partido de la Revolución Democrática.

Los mejores tiempos del PRD se vivieron coincidentemente cuando Barbosa era ahí el coordinador nacional de la corriente mayoritaria Nueva Izquierda.

Paciente, desde esas tareas partidistas, el poblano debió esperar nueve años en la banca, para estar, estatutariamente, en disposición de acceder al Senado de la República en 2012, con el tiempo suficiente de distancia a haber sido diputado plurinominal, en 2000.

Eso lo curtió. Aquel novel Barbosa que llegó a la LVIII Legislatura (2000-2003) de la Cámara de Diputados se formó en el diálogo cotidiano.

Fue un parlamentario, en la definición estricta del oficio, acostumbrado a parlar para encontrar soluciones.

Con esa vocación que conserva, vino recibiendo en los últimos días a todos los políticos de todos los colores. Incluso a los estridentes opositores internos de Morena.

Con todos ha tenido, en los primeros encuentros, la proyección de un buen horizonte de colaboración institucional.

La semana pasada le tocó a la que será la nueva bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Congreso del Estado de seis integrantes con la que, por la naturaleza ideológica del tricolor, se presenta una buena posibilidad de construir la mayoría calificada que su partido y sus aliados no tendrán en la LXI Legislatura local.

En la capital, cohabitará políticamente con Eduardo Rivera Pérez, de filiación panista, y quién, a pesar de haber llegado como candidato de cinco partidos, muy seguramente tendrá un ejercicio de gobierno más apegado a los postulados del albiazul.

Precisamente, para cerrar esta pasarela de opositores, este jueves recibió en Casa Aguayo a la que será la bancada panista de la próxima legislatura estatal.

Diputadas y diputados de Acción Nacional (PAN) acudieron con su presidenta estatal, Genoveva Huerta Villegas, que por segunda vez en menos de 15 días está en la sede del Poder Ejecutivo de Puebla.

Más allá de los odiadores que en redes sociales convocan a linchar con opiniones a la oposición, esta Puebla plural, que comenzará a vivirse plenamente a partir del 15 de septiembre, con el arranque de la nueva legislatura, y luego el 15 de octubre, con la llegada de los nuevos alcaldes, debiera recibirse con buenos pronósticos.

En esta nueva configuración política sólo podrán sobrevivir, y plantearse un buen ejercicio legislativo y de gobierno, aquéllos que esté dispuestos a ver en la pluralidad un gran valor.

El gobernador ha puesto su propia carga de riesgo político y tendió la mano. Todos la han recibido con beneplácito.

Quienes busquen en la rijosidad una vía para, supuestamente, sobresalir, estará políticamente condenados al fracaso.

Es la Puebla ecléctica, son otros los tiempos.