• 29 de Marzo del 2024
TGP

La campana del tiempo

El pronóstico del tiempo anunciaba que las temperaturas invernales serían moderadas, durante aquella noche que lentamente llegaba a su fin.

 

Estaban a punto de soltarse las manos y decidieron simular que el juego aun no terminaba. La noche se extendía en medio del más completo silencio. La Luna brillaba en el cielo a escasos palmos del techo. Las luces de la ciudad siempre despertaban nostalgias. Ellos esperaron que la noche revele todo aquello que la noche siempre revela antes de empezar el nuevo día extasiado en luces.

Sabían que, para todo, hay tiempo; para nacer y crecer envuelto en el desamparo, como una avecilla que nunca está realmente protegida en el nido. Sabían que el musgo, en el muro del fondo, con su decadente encanto, era producto de la sombra de los árboles que nunca le permitía secarse. Sabían que los hijos que no tuvieran les hacían mucha falta. Sabían que la soledad siempre brota del interior, es como una palabra que llega con la levedad de la brisa nocturna y sorpresivamente, empieza a doler. Sabían que en la galería una prímula florecía solitaria, fuera de temporada, experimentando su propia soledad. Sabían que sus vidas estaban inundadas de pasado que recordaban con tanta nitidez. Podían contar de los viajes que hicieron, de los libros que leyeron, de las personas que conocieron; todo estaba presente. Sentían que el regusto se torna tan viscoso como la realidad. ¿Qué eran los recuerdos? ¿Qué era el pasado? Era la vida que pasó con la prisa de un cometa e invariablemente se desdibuja. 

De repente, perciben que sonó la campana del tiempo haciendo un breve resumen y anunciando otro amanecer.