• 25 de Abril del 2024

Iniciativa para el aprovechamiento de aguas residuales

 

México es uno de los 25 países del mundo que enfrenta un mayor estrés hídrico, de acuerdo al Instituto de Recursos Mundiales

 

Alejandro Armenta

Con el objetivo de impulsar el tratamiento de las descargas industriales y domésticas y abastecer en cantidad y calidad, a una población a 15 millones de personas en México, que no cuentan con servicio de agua potable en sus domicilios, desde el Senado de la República impulsamos la política hídrica nacional a través de una iniciativa para el aprovechamiento de aguas residuales.

México es uno de los 25 países del mundo que enfrenta un mayor estrés hídrico, de acuerdo al Instituto de Recursos Mundiales (WRI siglas en inglés). El estrés hídrico hace referencia a la situación que se da cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible. 

A nivel mundial, el estrés hídrico afecta a cerca del 36% de la población, unos 2.400 millones, según estimaciones de ONU.

En México se consumen, en promedio, 366 litros de agua por día per cápita, según la ONU, lo que lo coloca en el quinto puesto junto a España. Solo lo superan en este ranking Estados Unidos, Australia, Italia y Japón.

En el Valle de México se desperdicia aproximadamente la mitad de agua, según cifras de la ONU; mientras que, en la capital, según la Secretaria del Medio Ambiente de la Ciudad de México, las tres causas de desperdicio son los problemas en la operación e infraestructura para poder captar y distribuir el agua, los malos hábitos de consumo de los usuarios y la falta de la cultura de reúso, separación y aprovechamiento de agua de lluvia.

Debemos tomar en cuenta que la escasez de agua en zonas urbanas empeorará para 2050, según la proyección del estudio publicado en Nature (una de las más prestigiosas revistas científicas a nivel mundial) y, México será uno de los 10 países donde aumente más la escasez, según la proyección de los investigadores, que podría llegar a afectar a 74.8 millones de habitantes, lo que representa un aumento de casi el 50%.

El suministro de agua potable en nuestras viviendas (entre 150 y 300 litros por persona y día) como máximo solo el 10% es consumido para uso potable.

El 60% es para otros usos domésticos como limpieza, riego, etc. (aguas grises) y el 30% restante, lo que llamamos aguas negras, es para el uso en inodoros y arrastres de otros residuos; tan sólo el 45% del uso doméstico necesitaría una calidad de agua “potable” pudiendo ser el resto susceptible aguas con menor calidad.

De acuerdo a datos de Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre 12.5 y 15 millones de habitantes no tienen acceso a agua potable en México, lo que representa a aproximadamente el 10% de la población; mientras que entre quienes sí acceden, casi un 30% no cuenta con la cantidad ni la calidad suficiente. 

El principal uso es para las actividades agrícolas (76%), seguido del abastecimiento público (14,4%), industria (4,9%) y energía eléctrica (4,7%), según datos del Consejo Consultivo del Agua, una organización civil dedicada a esta problemática.

Es así que los sistemas de captación y aprovechamiento de agua de lluvia representan una opción técnica y económicamente viable, para abastecer en cantidad y calidad, asegurando el abasto en un acto de justicia social para quienes menos tienen.