• 23 de Abril del 2024
María Luisa Deles

María Luisa Deles

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Twitter: @mldeles

 

De la Autora

He colaborado en el periódico Intolerancia con la columna "A cientos de kilómetros" y en la revista digital Insumisas con el Blog "Cómo te explico". Mis cuentos han sido publicados en las revistas Letras Raras, Almiar, Más Sana y Punto en Línea de la UNAM y antologados en “Basta 100 mujeres contra Violencia de género”, de la UAM Xochimilco y en “Mujeres al borde de un ataque de tinta”, de Duermevela, casa de alteración de hábitos.

He sido finalista del certamen nacional “Acapulco en su Tinta 2013”, ganadora del segundo lugar en el concurso “Mujeres en vida 2014” de la FFyL de la BUAP, obtuve mención narrativa en el “Certamen de Poesía y Narrativa de la Sociedad Argentina de Escritores”, con sede en Zárate, Argentina y ganadora del primer lugar en el “Concurso de Crónica Al Cielo por Asalto 2017” de Fá Editorial.

He participado en los talleres de novela, cuento y creación literaria de la SOGEM y de la Escuela de Escritores del IMACP y en los talleres de apreciación literaria del CCU de la BUAP.

Siempre terminaba sus relaciones con un cambio de departamento. Si había que empezar de cero que fuera desde abajo, pensaba. Y es que a Luciana le hablaban las cosas.

Nada hay más efímero que el deleite de la gloria. Así lo comprendió Siberio Luna, pragmático y receptivo como siempre fue, mucho antes de abandonar el escenario en que acababa de consagrarse.

Todas las familias perfectas cenan pavo en Noche Buena, pero cada familia disfuncional tiene una receta particular con la que lucirse en las fiestas decembrinas.

Carmen se murió el día que atropellé al perro.

¡No me diga! ¿Cómo cree? Le juro que estaba en amarillo. Es el de en medio, ¿no? Bueno, pues lo vi clarito, en serio. Sí señor oficial, sí.

Apenas daban las nueve. Subió la persiana de la sala y supo que alguien había remojado las nubes en la cubeta del trapeador. El cielo estaba como alma de poeta maldito, pero en el edificio de enfrente la vecina se había puesto a planchar en pelotas junto a la ventana. La vida en el encierro se había reducido a las advertencias del Netflix: desnudos, lenguaje inapropiado y consumo de tabaco y alcohol.

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