• 28 de Marzo del 2024
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Poderoso caballero

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El mundo está lleno de monstruos felices.                                  Enrique Serna

 

¡No, güey! A mí los azules no me asustan. Ahorita les damos un varo y vas a ver que rápido se abren. Nomás no pongas cara de susto porque son como perros: huelen el miedo hasta debajo de la ropa. Mejor déjame a mí. ¡Tú cállate, Paola! Bien que te levantaste la blusa para que te vieran las bubis, ¿no? Pues ya deja de hacerte la mustia y ni chilles.

Que no, no se van a enterar tus papás. A menos que alguien te haya sacado video y ya esté circulando en YouTube, ¡Ja, ja, ja! ¿Quién te manda andar de exhibicionista? Por eso, cállate y lo arreglamos orita. Yo creo que con el Boost que me eché al último se me bajó el pedo, ya me siento normal, ¿tú cómo me ves, Reynoso? ¿Te cae? Pues ya ni pex, a ver qué pasa. Échame el desodorante que traigo atrás, ahí en la bolsa del asiento. A ver, Lucrecia, deja de estarte besuqueando con tu güey y arréglate esa falda. ¡Estás viendo y no ves! ¡Carajo! Qué, ¿todo lo tengo que hacer yo? Chécate, Pá, todos me hacen caso. ¿Verdad que no soy tan pendejo como dices? Si tuvieras un poco más de tiempo para hablar conmigo, te darías cuenta de que tengo un don de líder que me sale naturalito. A eso podríamos sacarle mucha ventaja en el consorcio... Nada, güey. Al director no le va a pasar nada. Le dejaste el celular, ¿no? ¡Qué estúpido eres! Ahora con esa madre del chip lo pueden rastrear. ¿Quién te dijo que se lo quitaras? ¡Pues claro que no, imbécil! La cosa era que se comunicara con alguien para que lo fueran a sacar. ¿Qué pasa oficial? Buenas noches. Aquí, con unos cuates. Venimos de una fiesta de la Uni. Pues, para qué le digo que no, pero no estoy borracho. Sólo un par de perlas, ya ve que ésas no hacen feo. Sí, yo sé. Es que ya es muy tarde y a mi novia la regañan si no llega a antes de las 3. A ver, déjeme ver su reglamento. Sí, aquí clarito lo dice, lo voy a repetir quinientas veces para que no se me olvide, ¿está bien? Muchas gracias, oficial. No, no hace falta, ya me voy a ir más despacio. Caray, jefe, cuánta razón tienes; con dinero baila el perro. Es un gran sistema de justicia el que tenemos en este país de tercera, ¿o ya es de cuarta? Si algo así se me hubiera ocurrido cuando estaba de intercambio en Boston, me quitan la licencia y me ponen a hacer la jardinería de los parques públicos por seis meses. ¡Ya párale de llorar, Paola! Ni que fuera para tanto. Para que lo sepas, no tienes las chichis del millón. Mañana nadie se va a acordar de que las sacaste por el quemacocos en Reforma. Y tú, Reynoso, me voy a parar en la gasolinera y te me bajas a tirar ese celular en el baño. Nomás falta que ya lo hayan reportado y no te la acabas, ¿eh? Yo cómo iba a saber que el méndigo director estaba en su oficina a esa hora. Lo único que quería era cambiar mi calificación de cálculo. ¿Para qué se me atraviesa? Por eso, se hubieran ido. Yo no les pedí que se quedaran, pero claro, yo traigo el coche, ¿no? Y era mía la reservación en el “Hash”, que tanto querían conocer, ¿verdad? Cuando me dijiste eso de no echarles margaritas a los cerdos, Pá, pensé que me estabas pidiendo que no gastara tanto dinero. Qué bruto. Ya voy viendo que no a cualquiera se le puede dar la mano y mucho menos amistad. No se puede uno fiar de nadie. Y qué, lo único que va a salir en el video de la Uni son las máscaras. Desháganse de la ropa que traen, ¿estamos? Qué ñoña eres, Lucrecia, ¿qué importa que tu blusa sea Guess de la nueva temporada? La tiras y te compras otra, ni que fueras jodida. Sí, los zapatos también, menso. Dije “todo”. El lunes nos vemos en clase como si nada, cuando digan lo del director ponen cara de what, y ustedes dos, que son de lágrima fácil, si quieren hasta lloran tantito. ¿Sabes qué, Pá? Como que se me está antojando hacerle lo mismo al tío Charles. Pinche degenerado, no pierde oportunidad de sobarme un brazo o de arrimarme el pito. Cerdo malnacido, muy nice, muy nice, pero bien que se le hace agua la canoa. Ya no es tan aventado como cuando yo era niño y se ofrecía a llevarme al baño nomás para estarme agarrando, o cuando me invitaba a dormir los fines de semana y me metía en su cama en lo que la tía Isolda hablaba por teléfono, pero de todas formas sigue siendo un asqueroso mirón. Órale, ya bájate, Lucrecia, hasta aquí llegó tu boleto. Cuidadito con hacer drama en tu casa. Finge demencia, mamacita, no hay modo de que nos reconozcan. ¿Ah, sí? Y, ¿cómo te vas a ir, Reynoso? No seas looser, yo te llevo. Bueno, pues quédate con tu vieja. Qué onda, princess, ¿la seguimos tú y yo? Traigo una de Lambrusco en la cajuela, pedimos unos hielos y nos metemos al jacuzzi, ¿va? Ay, no seas apretada, Paola, si ya sabes que me encantan tus bubis. Lo dije por decir. Oh, pues es que me puse nervioso, nena. Yo no le quería pegar al dire, pero tú viste cómo se puso. No, no era necesario darle los patines en la panza. No, tampoco tirarle un diente. Mira, vamos a olvidar el mal rato ¿sí? Te traje una cosita. Son los aretes que viste en Tous, ¿te acuerdas? Ah, porque te quiero mucho, chiquita, y porque se van a ver preciosos en esas lindas orejitas que me voy a comer con mis afilados dientes. ¡Ja, ja, ja! Tienes razón, Pá, todas son iguales. Les encanta el drama, aunque no hay una que se resista a un buen regalito. Paola me ha salido cara, pero ella sí me deja entrar por la puerta de atrás, donde se siente más rico, como me enseñó el tío Charles. A ver, mano, tráeme dos aguas minerales y unos hielos, porfa. Quédate el cambio, pero no te tardes, ¿eh? Bájate mi reina, ahorita vas a ver cómo se te pasa el trago amargo. No le hagas, Paola, no es cierto. Ya estás como mi mamá, que siempre le duele algo cuando se le quiere arrimar mi jefe. Ándale, no le hagas al cuento y ven para acá. Pues órale, ve a vomitar y aquí te espero, pero luego te lavas los dientes, ¿no? ¿En serio te sientes tal mal? ¿Así de plano para ir a urgencias? Me lleva… ¿Sangre? ¿Cómo que estás así desde que fuimos a ver a la señora esa? Ay, papá, de veras que son complicadas las mujeres; uno les quiere arreglar la vida y ellas lo descomponen todo. Si la he dejado seguir con el embarazo, la matan en su casa. Mejor te hubiera preguntado a ti, pero nunca tienes tiempo y además te la pasas diciéndome que soy un pendejo. A ver, ahora ¿qué hago?

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Twitter: @mldeles

 

De la Autora

He colaborado en el periódico Intolerancia con la columna "A cientos de kilómetros" y en la revista digital Insumisas con el Blog "Cómo te explico". Mis cuentos han sido publicados en las revistas Letras Raras, Almiar, Más Sana y Punto en Línea de la UNAM y antologados en “Basta 100 mujeres contra Violencia de género”, de la UAM Xochimilco y en “Mujeres al borde de un ataque de tinta”, de Duermevela, casa de alteración de hábitos.

He sido finalista del certamen nacional “Acapulco en su Tinta 2013”, ganadora del segundo lugar en el concurso “Mujeres en vida 2014” de la FFyL de la BUAP, obtuve mención narrativa en el “Certamen de Poesía y Narrativa de la Sociedad Argentina de Escritores”, con sede en Zárate, Argentina y ganadora del primer lugar en el “Concurso de Crónica Al Cielo por Asalto 2017” de Fá Editorial.

He participado en los talleres de novela, cuento y creación literaria de la SOGEM y de la Escuela de Escritores del IMACP y en los talleres de apreciación literaria del CCU de la BUAP.