• 18 de Abril del 2024
Érika Nieto

Érika Nieto

Hace unos días un auto que circulaba por una avenida en San Diego, California, se subió a la acera y atropelló a varias personas que se refugiaban bajo un puente al carecer de vivienda, son los conocidos como “homeless de California” o “personas sin techo” y que, con la crisis laboral, la pandemia y la migración, aumentan de manera preocupante día con día hasta rebasar actualmente, los 66 mil tan solo en el condado de Los Ángeles.

Desde una multa de tránsito, la violencia intrafamiliar o un delito más grave representarán un verdadero obstáculo para todos aquellos migrantes que busquen regularizar su estatus migratorio en Estados Unidos, según los lineamentos que marca el proyecto de Ley de Reforma Migratoria enviado por la Casa Blanca a los congresistas.

Migrantes con más de 20, 30 y hasta 40 años de vivir en Estados Unidos sin documentos son los segundos beneficiados en el proyecto de Ley de Reforma Migratoria propuesta por la actual administración de Joe Biden y si durante todo este tiempo ha pagado impuestos, mucho mejor.

En 353 páginas se encuentra plasmada la esperanza de más de 11 millones de migrantes que viven sin documentos en Estados Unidos, un proyecto de reforma migratoria que despierta nuevamente el ánimo de los paisanos a creer en la disposición de la Presidencia para reconocerlos como ciudadanos. 

El vórtice polar y la posterior tormenta invernal que azotan gran parte de territorio norteamericano están cobrando víctimas, las más vulnerables igual que de la interminable pandemia, son los migrantes, quienes ocupan parte importante de las cifras.

Un desesperado llamado de auxilio fue lanzado la semana pasada por un grupo de migrantes que viajaban en el interior de un tráiler cisterna por carreteras de Texas y que se quedaban sin oxígeno, sin recibir apoyo alguno del conductor.

La promesa de campaña de Joe Biden y Kamala Harris, actual Presidente y Vicepresidenta, respectivamente, fue abrir el proceso de vacunación a los migrantes sin documentos que viven en ese territorio, y así lo están cumpliendo. El proceso apenas empieza, pero gobiernos como Connecticut, Massachussets, Michigan o Illinois ya están programando las fechas de vacunación en condados que son habitados mayoritariamente por migrantes.

Niños viajando solos, heridos y con traumas psicológicos, parte de los múltiples daños colaterales de la contención de la última caravana migrante que salió desde Honduras y que se fue disolviendo conforme fue llegando a las fronteras de los diferentes países en su trayecto.

Las buenas intenciones del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respecto al tema migratorio no serán suficientes para resolver toda la pesada herencia que dejó la administración Trump, pues tendrá que dar marcha atrás a muchas acciones del programa “Tolerancia Cero”, que junto con el Sheriff Joe Arpaio, dejaron separadas y lastimadas a miles de familias migrantes en todo territorio norteamericano.

Hace unos días el todavía presidente Donald Trump visitó los avances del muro fronterizo en El Álamo, Texas, y durante su discurso dijo algo muy certero, los anuncios previos sobre el restablecimiento en el número de refugiados que aceptará el gobierno a partir de finales de enero podrían provocar “una ola de inmigración ilegal”, cuyos integrantes piensen que serán fácilmente aceptados en ese país.

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